Jesús Santiago Madrigal Terrazas
El artículo trata de ofrecer el legado eclesiológico del Vaticano II. Según Congar la característica general del Concilio es que «por primera vez en su historia secular, la Iglesia se definió a sí misma (o, en todo caso, ella se describió) en la constitución dogmática Lumen gentium y en otras constituciones, decretos o declaraciones». La Iglesia fue un tema predominante en aquellos cuatro otoños conciliares que transcurrieron entre 1962 y 1965. Ahora bien, la idea de Iglesia y de su misión ha de buscarse en la constitución dogmática sobre la Iglesia y en el resto de los documentos.
Se presenta una visión general del Concilio, y se hace recurriendo principalmente a los relatos de dos laicos que estuvieron allí, dos testigos de excepción: Jean Guitton, el primer y único observador laico en el Vaticano II durante el primer período de sesiones, y Pilar Bellosillo, auditora laica presente en el Concilio desde el tercer período de sesiones.
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