En 1989, Televisión Española mostró su cara más comprometida con su campaña Aprende a usar la televisión, relizada por Contrapunto y protagonizada por Pippin, la perrita abandonada por un pequeño adicto a la pequeña pantalla. La campaña , que ganó el gran premio de Cannes ese año, aleccionaba sobre el consumo excesivo del medio pero, también, buscaba reflejar una toma de posiciones de la cadena pública y hegemónica hasta el momento, frente a lo que estaba por venir, que no era otra cosa que la televisión privada.
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