La cirugía bariátrica está indicada en pacientes con un IMC superior a 40 kg/m2 o 35-40 kg/m2 con patologías concomitantes.
Este tipo de cirugía agrupa una serie de técnicas simples, que sólo actúan a nivel del estómago con el fin de reducir su capacidad, y otras más complejas, en las que se secciona y comunica el estómago con el intestino, logrando no sólo una reducción en la ingesta, sino también una disminución en la absorción de nutrientes.
El tratamiento quirúrgico es el único tratamiento hoy en día que ayuda a proporcionar la requerida pérdida del exceso de peso de una forma duradera en aquellos pacientes resistentes a los tratamientos convencionales.
Se debe hacer una selección previa de los pacientes, valorando los riesgos individuales que pueden existir y los beneficios esperados.
El objetivo último debe ser la disminución de comorbilidades, incrementar su longevidad y lograr una mejora en cuanto a su calidad de vida.
En la cirugía bariátrica, es importante la educación, motivación y cooperación del paciente, para mantener un adecuado estado nutricional; el seguimiento en la consulta de enfermería, para verificar la modificación de los hábitos alimentarios y el mantenimiento del estilo de vida saludable durante la etapa pre y postcirugía, primordial para evitar el fracaso de cualquiera de las técnicas.
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