La crisis sistémica que atraviesa el sector de la prensa ha repercutido en los formatos y en los géneros del periodismo de calidad: la presencia de reportajes, crónicas y análisis se ve amenazada porque encarecen y ralentizan las rutinas productivas y están muy alejados de las nuevas características de la información online: la instantaneidad, la interactividad, la emocionalidad, lo icónico-visual y la superficialidad hipertextual.
La entrevista periodística, en cambio, resiste este embate e incluso se postula como uno de los formatos referenciales del nuevo entorno digital, a causa de sus características genéricas y de la ductilidad con que se adapta a las nuevas demandas del periodismo 2.0. En este texto nos planteamos, en primer lugar, una descripción analítica de cuáles son estas innovaciones digitales que ha asumido el género, y, en segundo lugar, de qué forma el trabajo de construcción de la identidad lingüística de un entrevistado -núcleo característico del trabajo mediador del periodista en el género- se ve afectado por estas innovaciones.
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