En la novela de Fabián Dobles, Una burbuja en el limbo, se aborda el concepto de la locura desde los postulados de Foucault, entendida esta como exclusión, como imposición de un espacio de rechazo ante la diferencia que marca al sujeto (Ignacio Ríos Galarza) en relación con la sociedad y que termina por elegir él mismo. El loco es entonces un constructo social, no un enfermo mental, sino aquel que elige su espacio de separación y defiende este. Su locura es más un imposición que una manifestación propia de su ser. Su diferencia y su lugar en el mundo lo distancian de este en cada uno de sus actos, al menos en la mayoría de estos, razón por la cual se convierte en la burbuja, en el sujeto aislado de un mundo que no termina de aceptarlo.
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