INTRODUCCIÓN Aprovechando la oportunidad que nos brinda este II Congreso Nacional de Arquitectura, bajo el título Pioneros de la arquitectura moderna española: aprender de una obra, vamos a intentar resolver la paradoja, de cómo la obra basada en las características más universales de la disciplina de un arquitecto, no se aceptó ni entendido en su totalidad.
La obra de Francisco de Asís Cabrero y Torres-Quevedo es, entre la de los grandes arquitectos de posguerra, la que representa una línea más consolidada, un nexo de unión entre la arquitectura moderna de la década anterior a la guerra civil y la posterior crisis del pensamiento moderno desarrollada en España en los años 70.
Su condición de evocación al tiempo de cuestiones ancestrales y modernidad radical tal vez deba ser considerada como forma de proyectar a seguir, ahora que la arquitectura es un problema de cómo se construye un espacio y no de cómo se representa un espacio, ahora que la disciplina debe abandonar su actual acepción de majestuosas pieles ideadas bajo un discurso conceptual social y ecológicamente irrelevante, para ser realmente un proceso comprometido con los sistemas que intervienen en él.
La obra seleccionada es el edificio de la Delegación Nacional de Sindicatos, más conocido como Casa Sindical (hoy Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e igualdad), ejemplo del resultado de una forma de proyectar por medio de un sistema eficaz y controlado, que no se deja influir por sentimiento personales y arbitrarios, pero lleno de emociones, siendo en su escala, el mejor edificio que el Estado Franquista construyó en Madrid.
DESARROLLO (�) La Casa Sindical logra un diálogo perfecto con la escala urbana del Paseo del Prado, una relación basada en la regularidad, la pureza formal y la simetría, a pesar de tener que insertarse en una trama irregular.
Asís Cabrero, se inserta en la trama de la ciudad, aceptando su oblicuidad y su condición cerrada, lo que no le impide la aplicación de los principios modernos y la realización de un edificio abierto.
Utilizando las lecciones barrocas y anticipándose a Venturi, el edificio tiene una escala y una imagen diferentes hacia el Paseo que hacia detrás, hasta el gran volumen principal tiene tres caras monumentales y otra funcional.
Los mecanismos para la aplicación de los materiales, están al servicio de la arquitectura, siendo muy significativos. Se toma muestra de los materiales del lugar, aceptándose como buena, la vieja convención madrileña de piedra y ladrillo, ya presente en el museo de Villanueva (�) CONCLUSIÓN (�)El edificio, no muy bien acogido en su día por tener un carácter ambiguo que no resultaba muy convincente y no muy estimado en la actualidad por su dureza estética, representa, sin embargo, una posición moderna, consciente, anticipadora y sobre todo, bien ejecutada.
Una muestra arquitectónica de cómo Francisco de Asís Cabrero utilizó el racionalismo como sistema proyectual serio y productivo, apartado de decisiones arbitrarias personales, pero con sentimientos intrínsecos formales. Es decir, la utilización de unos instrumentos adecuados para unos objetivos, a los que se dota de una imagen adecuada, pero no implícita en ellos (�)
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