Santiago, Chile
Un ‘estado de cosas’ es comprendido aquí como cualquier tipo de entidad que pueda jugar el rol de verificador. Diferentes ontologías proponen diferentes estructuras de entidades para funcionar como ‘estados de cosas’ en este sentido. Los defensores de universales van a proponer para este rol estructuras no-mereológicas de universales, objetos y tiempos. Los defensores de tropos van a proponer tropos, ya sea con o sin universales y objetos. Los nominalistas de semejanza van a proponer hechos ontológicos primitivos de semejanza entre objetos en el tiempo. En cualquiera de estos casos, los tiempos son un componente esencial de los estados de cosas. Cualquier ontología de estados de cosas, entonces, debe clarificar qué son los tiempos para clarificar qué son los estados de cosas. Un examen de las concepciones reductivistas dominantes de los tiempos muestra que estas conexiones no han sido todavía pensadas con cuidado. En cualquiera de las concepciones reductivistas dominantes, los tiempos son entidades que, o bien incluyen, o bien describen todo lo que sucede de manera simultánea en un instante dado. Incluso en algunos casos incluyen la descripción de todo lo que sucede en cualquier tiempo. Si uno introduce los tiempos, entendidos del modo en que lo hacen cualquiera de estas concepciones reductivistas, será esencial a un estado de cosas todo lo que sucede simultáneamente con él, o incluso todo lo que sucede en cualquier otro tiempo. Bajo ciertos supuestos la relación interna de todo estado de cosas con todo otro estado de cosas se expande a la relación interna de todo con todo. Esta es una situación teórica indeseable que obliga a una consideración más cuidadosa de algunos principios centrales en nuestra ontología del tiempo.
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