Uno de los problemas que enfrentan las instituciones educativas universitarias es la falta de motivación de sus docentes para ejecutar mejor sus tareas. Estas fallas motivacionales provocan problemas de eficacia y eficiencia en el desempeño pedagógico y por ende en el bajo rendimiento académico de sus estudiantes. Los profesionales de la educación tienen la convicción de que la motivación es un elemento clave para un aprendizaje con éxito. Por eso, hoy se entiende que los factores afectivos, dentro de los cuales se encuentra la motivación, no pueden aparecer desvinculados de los factores cognitivos, que son los que tradicionalmente se han visto privilegiados en las aulas. A pesar de que la motivación se la observa como un factor recíproco donde unos individuos influyen sobre otros y los factores contextuales tienen cada vez un peso mayor, lo más frecuente y fácil es decir que si los estudiantes están desmotivados y no progresan es por culpa de ellos. Para lograr que los estudiantes se sientan motivados el docente debe ampliar una gama de formas y técnicas que le permiten cumplir este propósito, entre ellas se pueden destacar la creación y aplicación de juegos didácticos, la organización de competencias, encuentros de conocimientos. Estas se convierten en poderosas herramientas de aprendizajes, las cuales producen satisfacción al mismo tiempo que requiere de los participantes esfuerzo, rigor, atención y memoria lo que garantizará el desarrollo de las capacidades intelectuales de los estudiantes propiciando el aprender a aprender.
ne of the problems faced by university educational institutions is the lack of motivation of their teachers to perform their tasks better. These motivational failures cause problems of effectiveness and efficiency in the pedagogical performance and therefore in the low academic performance of its students. Education professionals are convinced that motivation is a key element for successful learning. That is why, today it is understood that the affective factors, within which the motivation is found, cannot appear dissociated from the cognitive factors, which are those that traditionally have been privileged in the classrooms. Although the motivation is observed as a reciprocal factor where some individuals influence others and contextual factors have a greater weight, the most frequent and easy is that if students are demotivated and do not progress is because of they. In order to make students feel motivated, the teacher must expand a range of forms and techniques that allow him to fulfill this purpose, among them the creation and application of didactic games, organization of competences, and meetings of knowledge. These become powerful learning tools, which produce satisfaction at the same time that requires the participant’s effort, rigor, attention and memory, which will ensure the development of students' intellectual abilities by encouraging learning to learn.
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