Esta verdura antioxidante ofrece su mejor cara en invierno y primavera, pero para exprimir sus magníficas cualidades conviene saber cómo tratarla. En el mercado hay que huir de los racimos que se muestren blandos, amarillentos o abiertos. En casa, limpiarlos a fondo bajo el grifo y no cocerlos más de la cuenta.
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