Llega, como cada año, el viejo Carnestolendas para invitarnos al desenfreno y la mascarada. Llega el Carnaval y hemos de ponernos al antifaz para ser lo que, no somos: los hombres se visten de mujeres, las mujeres de hombre, el pobre de rico, el enfermo de médico y el orden social se invierte, a sabiendas que es sólo una ilusión que termina el Miércoles de Ceniza.
Fiesta lúdica por definición, hay que aceptarla como un juego, y nada más que un juego en el siguiente trabajo de David Torrejón.
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