Vaya por delante que también hay motivos para odiar la publicidad. Aquella que nos interrumpe sin aportar valor, la que estereotipa sin asumir consecuencias, la cansina, la irrelevante. La publicidad forma parte de nuestras vidas, pero pensamos que podemos vivir sin ella. ¿Por qué, entonces, se recurre a la publicidad ficticia en muchos videojuegos?...
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