¿Hacia unas ciudades segregadas según la edad?: Geografía dinámica del envejecimiento y rejuvenecimiento en las grandes metrópolis españolas

• Fernando Gil-Alonso ^[1] ; Jenniffer Thiers-Quintana ^[1] ; Jordi Bayona-i-Carrasco ^[1] ; Isabel Pujadas Rúbies ^[1]
  1. [1] Universitat de Barcelona

     Universitat de Barcelona

     Barcelona, España

     
• Localización: Población y territorio: España tras la crisis de 2008 / coord. por Juan David Sempere Souvannavong, Carlos Cortés Samper, Ernesto Cutillas Orgilés, José Ramón Valero Escandell, 2020, ISBN 978-84-9045-911-9, págs. 29-46
• Idioma: español
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  • Desde el año 2008, con el inicio de la crisis económica, se han modificado los parámetros demográficos que habían marcado la evolución demográfica española en general, y la de las grandes áreas urbanas en particular, en los años precedentes. Centrándonos en las cinco principales áreas urbanas de nuestro país (por orden alfabético: Barcelona, Bilbao, Madrid, Sevilla y Valencia), los principales cambios experimentados han sido el fin de la llegada de inmigrantes extranjeros en grandes números (el crecimiento migratorio exterior para el conjunto de España pasa incluso a ser negativo durante algunos años) y una reducción de los flujos de suburbanización: la mayoría de los municipios periféricos han tenido en los últimos años los crecimientos migratorios positivos más pequeños de las últimas décadas, y en algunos estos saldos se han tornado incluso negativos (Bayona et al., 2018). Por el contrario, los grandes centros urbanos pasan a perder menos población por migración intrametropolitana, es decir, que sigue emigrando más población desde la gran ciudad a sus municipios suburbanos que en dirección contraria, pero este saldo se aproxima, durante los años de crisis más profunda, al equilibrio. En el caso concreto de Barcelona y Madrid, pasan a convertirse en puntos de atracción de flujos internos de jóvenes, tanto españoles como extranjeros. La atracción de jóvenes de elevado nivel educativo refuerza el papel de las grandes ciudades como polos de concentración de capital humano y, al mismo tiempo, aumenta la diversificación interna de éstas y sus procesos de gentrificación en determinados barrios de estas ciudades, particularmente en sus centros históricos (López-Gay, 2016). Simultáneamente, se ha observado en dichas ciudades que los barrios actualmente más envejecidos son aquellos barrios y polígonos construidos a mediados o finales de los años 70, y en los que se asentó población entonces joven procedente de las áreas rurales españolas; esta población ahora ha envejecido (Pujadas et al., 2016), pero no lo suficiente como para generar su sustitución masiva por nuevas parejas jóvenes con hijos pequeños.