Firenze, Italia
La pérdida, incesante e inexorable, del poder de control ejercido sobre los individuos por el sistema social, es decir, el conjunto de las instituciones de las sociedades occidentales, y la subsiguiente laceración de la identidad individual producen un "yo" fragmentado, perdido en la pluralidad de las realidades , cuyo esfuerzo principal es el mantenimiento de una identidad y un sentido de coherencia para sí mismo y para el mundo. Se configura así una tendencia general hacia la fragmentación de procesos de identidad, que quedan divididos en muchos instantes desconectados entre sí. Existen dos maneras radicalmente distintas de experimentar esta condición: por una parte, puede llevar a un padecimiento pasivo; por otro lado, puede ser explotada como oportunidad. A través de esta oportunidad, la condición de la subjetividad contemporánea llega a ser una condición abierta: el yo, menos vinculado por las normas de la tradición, es más propenso a la experimentación, a la búsqueda de nuevas estilos de vida y oportunidades, a través de una redefinición continua tanto de los confines de lo conocible (y también, por lo tanto, de su existencia) como de las normas sociales y de la manera de afrontar los fenómenos problemáticos.
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