Convierten en oro todo lo que beben, visten, calzan, conducen o simplemente, merece de su labios unas parcas palabras de recomendación concebida por algún mortal redactor publicitario. Suelen ser muy jóvenes, generalmente muy rubios y -he aquí su principal seña de identidad- es difícil imaginarlos sin raqueta, esa quinta extremidad que les ha convertido en los midas del tenis... y del patrocinio deportivo mundial. Todos son campeones de algún torneo mítico. Periódicos y televisión se encargan de desplegar a los cuatro vientos su poderío en la pista. Pero, fuera de las lides del "quince iguales", los nombres de los emperadores absolutos del patrocinio y de los anuncios quizá no sean tan conocida. Ellos son Steffi Graf y Boris Becker, dos tenistas que, en sus "horas extras" acumulan cada uno unas ganancias de 3,250 millones de dólares (alrededor de 364 millones de pesetas). Winblendon los acoge pese a que el torneo se empeña en mantener su virginidad publicitaria.
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