Fran J. García García, José Enrique Monasterio Morales, Rafael Marfil-Carmona
La difusión de las filmotecas, a través de la programación cinematográfica de sus ciclos, es, sin ser la única, una de las funciones que más populari- dad y rentabilidad social depara a estas instituciones. El falso debate sobre la preeminencia de la conservación sobre la difusión, que se plantea al modo de apocalípticos o integrados (Eco,1965/1990) y cuya versión en los archivos representa las figuras antitéticas, de Henry L’anglois versus Er- nest Lindgren (Mannoni, 2006). Esto no deja de ser más que la recreación de una leyenda que impregnó, de mística y épica, la imagen de las filmote- cas hasta nuestros días. Las posibilidades de la difusión del cine, como herramienta didáctica de primer nivel para el alcance del público, quedan fuera de toda duda y son bastantes las implicaciones en el mundo educati- vo (Almagro García, 2007; Ruiz Rubio, 1998). Es necesario destacar cómo la labor del programador en la filmoteca, adquiere una responsabilidad social como nexo de unión entre la institución, el patrimonio y la ciudada- nía. Este trabajo destaca esa importancia a través de un estudio de caso, ensayístico y cualitativo, que se centrará en el panorama español, pero atendiendo a la programación de la Filmoteca Española, que es miembro de pleno derecho de la Federación Internacional de Archivos Fílmicos, FIAF, y fue la primera que se creó en España. Una de las principales con- clusiones es que los ciclos que se programan son pequeños textos supedi- tados a un discurso superior. En su conjunto, marcan la calidad de la fil- moteca analizada y adquiere un significado que repercute en la cultura y educación del espectador.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados