El presente artículo busca dar a conocer una experiencia educativa patrimonial en la escuela, tomando como casos ejemplificantes la “Hacienda El Carmen” y el colegio “Atabanzha” en Usme (Bogotá-Colombia). En donde la población y la academia accionaron en torno a la recuperación de este espacio de carácter cultural y patrimonial que se encontraba amenazado por la conurbación, la cual se agudizó en el año 2006, afectando la ruralidad en sus usos y costumbres. Las acciones realizadas por los habitantes locales fomentaron el interés distrital y nacional hacia una “necrópolis indígena”, lo que generó la atención de los académicos, en la importancia de incluir el patrimonio en sus prácticas pedagógicas, difundir el conocimiento sobre estos lugares a nivel histórico, cultural y patrimonial; así como la importancia de su preservación. Además, la reacción de generar bases cognitivas sobre la idea de lo propio, fundamento esencial de los procesos identitarios desde la academia.
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