La seguridad en los museos en última instancia es la interposición de barreras entre el objeto y el sujeto. Es, por tanto, tarea insoslayable del museólogo-museógrafo el atenuar el efecto negativo o de desagrado que estas puedan tener sobre el visitante. Compatibilizar los sistema de seguridad de colecciones y público, y equilibrar la presencia física de los sistemas de seguridad con las medidas de atracción pública, deben ser evaluados por el propio museo, según la imagen que quiera dar de sí.
© 2001-2025 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados