Diversos autores, señalan a la educación y a la cultura como las culpables de la realidad social que vivimos; una realidad caótica, deshumanizada e indi- vidualista; en la que prevalece la indiferencia ante el dolor, el sufrimiento, la desigualdad, la pobreza y la violencia. Por tal motivo, el presente ensayo pretende incidir en la negación de que la educación y la cultura han dejado de hacer su labor, al propiciar la imposi- bilidad de conformar una “ciudadanía crítica activa”. Una especie de linchamiento mediático al señalar que la educación capacita bien para el empleo, pero pési- mamente en valores éticos que sensibilicen a los estu- diantes sobre lo que acontece en su entorno.
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