Javier Fernández Río, Pablo del Valle Vega
La enseñanza basada en modelos constituye la tendencia metodológica actual en la educación física, siendo el aprendizaje cooperativo uno de ellos. Estos planeamientos tienen en común que están centradas en el estudiante; es decir, este y su aprendizaje es lo importante, pasando el docente a un segundo plano. Esto ha sido interpretado por muchos como una invitación a pasar a ser un guía en la banda o un facilitador que solo interviene cuando los estudiantes o la situación lo requieren. Este planteamiento convierte el rol del docente en secundario, incluso en casi prescindible. Nada más lejos de la realidad. La enseñanza centrada en el estudiante requiere de un docente activador del proceso de enseñanza-aprendizaje a través de sus acciones. Para ello, planteamos que este debe funcionar en ciclos que incluyen: observar, diagnosticar, responder y evaluar. Solo a través de ciclos repetidos de este esquema el docente puede ser un activador de su clase. Activar es mucho más efectivo que facilitar o guiar, que requiere menos implicación por parte del docente, pero es lo que demanda el aprendizaje cooperativo. El docente no se pueden quedar “en la banda”, mirando y esperando que los estudiantes “resuelvan el desafío o reto de turno”.
© 2001-2025 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados