Barcelona, España
Es evidente que vivimos en un mundo empalabrado, rico en lenguas y lenguajes. Tal situación determina que la formación humana sea una obra abierta, nunca acabada del todo, porque siempre quedan lenguas y lenguajes por conocer. De ahí que el ser humano pueda ser considerado una especie de analfabeto, tal como la escritora húngara Agota Kristof (1935–2001),que se refugió en Suiza en 1956, dejó escrito en un breve relato autobiográfico, publicado póstumamente (2004). El ejemplo de esta autora, que tuvo que aprender francés para poder subsistir en Suiza, muestra cómo el aprender lenguas y lenguajes nos fortalece y prepara para hacer frente y superar situaciones vitales extremas.
It is evident that we live in a world rich in languages and tongues. Such a situation determines that human formation is an open work, never completely finished, because there are always languages and tongues to be known. Hence, the human being can be considered a kind of illiterate, as the Hungarian writer Agota Kristof (1935–2001), who took refuge in Switzerland in1956, wrote in a short autobiographical account, published posthumously (2004). The example of this author, who had to learn French in order to survive in Switzerland, shows how learning languages strengthens and prepares us to face and overcome extreme life situations.
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