Ante la creciente competencia mundial en el sector de la fruta fresca, la calidad del producto es un aspecto clave para el éxito comercial de las empresas productoras y comercializadoras. La calidad de frutos como las manzanas depende esencialmente de factores intrínsecos (como la variedad), y de diversos factores externos (origen o zona de cultivo, técnicas agronómicas, condiciones de almacenamiento y transporte, y manejo en los puntos de venta y consumo). Hoy día, se exige cada vez más, que la fruta, además de cumplir con los parámetros de calidad físico-químicos establecidos en el sector (como firmeza, azúcares, acidez,...), ha de presentar unas adecuadas características organolépticas que permitan un óptimo grado de aceptación sensorial por parte del consumidor al que va destinado. Por ello, es necesario evaluar los cambios de calidad que sufre el producto desde su origen hasta su destino, y conocer la aceptación de los consumidores a los que se va destinado dicho producto. En ...
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