Entre los instrumentos que la UE ha impulsado en la lucha contra la desinformación destaca el Código de buenas prácticas sobre desinformación, elaborado por las principales plataformas digitales en 2018 y de carácter básicamente autorregulador. Tras su aplicación, se detectaron algunas deficiencias, que se abordaron mediante la redacción de una nueva versión reforzada del código en 2022. Aunque responde a las mismas características que el Código de 2018, su eficacia real se ve consolidada al formar parte de un marco jurídico más amplio, en conjunción con la DSA entre otros instrumentos. En efecto, creemos que sólo un esfuerzo colectivo, tanto de los actores privados en este ámbito, como de las autoridades nacionales e internacionales, y siguiendo un enfoque multidisciplinar, garantiza la capacidad de combatir al monstruo de la desinformación que atemoriza a las sociedades contemporáneas. Todo ello sin olvidar el respeto a las libertades esenciales de información y expresión.
Among the instruments that the EU has promoted in the fight against disinformation, the Code of Practice on Disinformation, which was drafted by the major online platforms in 2018 and was essentially self-regulatory in nature, stands out. After its implementation, some weaknesses were identified, which were addressed by drafting a new, strengthened version of the code in 2022. Although it responds to the same characteristics as the 2018 Code, its potential effectiveness is strengthened by being framed within a broader legal framework, in conjunction with the DSA among other instruments. Indeed, we believe that only a collective effort, both by private actors in this field, together with national and international public authorities, and following a multidisciplinary approach, guarantees the ability to oppose the monster of disinformation that terrorises contemporary societies. This is without forgetting respect for the essential freedoms of information and expression.
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