Algunos estudios mencionan que las vacas alimentadas con forraje verde en pastoreo tienden a ingerir más ácido graso linolénico (C18:3) y linoleico (C18:2) que las vacas que tienen una alimentación en estabulación, donde se suplementa con concentrado comercial, forrajes secos o ensilados. Existe una relación positiva entre el consumo de forrajes frescos y la presencia de un mayor contenido de ácidos grasos poliinsaturados en la leche que son beneficiosos para la salud humana, por lo tanto, la modificación de las estrategias de alimentación tendientes a incrementar el contenido de ácidos grasos polinsaturados en leche permitiría un producto de mayor beneficio para el consumidor.
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