En este trabajo se analiza críticamente la novela infantil reciente de Juan Solá, Naranjo en Flúo, publicada por Editorial Sudestada. Este autor puede considerarse un representante de las capas medias universitarias urbanas del “nuevo progresismo”. En este sentido, se examina esta novela desde sus continuidades y rupturas con respecto a la tradición de la Literatura Infantil y Juvenil. Se entiende que han quedado conformadas dos corrientes, una de ellas más didáctica, cuyo centro pasa por la escuela; la otra más crítica y autónoma, con mayor prioridad en la función estética. La hipótesis propuesta es que en esta novela hay un abordaje actual de las desigualdades entre lo urbano y rural en la infancia, y una presentación no anestesiada del dolor y la violencia. Esto construye a un protagonista infantil complejo y contradictorio, con sentimientos de angustia, con un mundo interior rico y no accesible por completo a los adultos. Su búsqueda por poner palabras al dolor en el proceso de duelo lo termina de construir como un sujeto narrador. Al mismo tiempo, aparecen dos cosmovisiones diferenciadas, y el protagonista se ve obligado a enfrentarse con la alteridad. Es aquí donde radica la riqueza y la polisemia de la obra. Si bien se mantiene cierta idealización de la niñez en relación con la naturaleza, el género maravilloso en el que esta obra se inscribe permite la transgresión y el placer lector, a la vez que puede leerse un claro posicionamiento ideológico ligado a la ecología y a una noción no individualista.
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