El culto a la diversidad minoritaria blanquea la endogámica mayoría en la que vive Occidente. Los pantalones raídos, las lecturas de Butler o Preciado adornan con un simulacro de alteridad y desgarro estrategias ahítas de identidad auto-percibida. Es la versión laica y posmoderna de la vía puritana en la relación interior con Dios. El constante diseño en los cuerpos que nos rodean debe protegernos de cualquier detención en el exterior que tememos, lograr que no nos roce ningún elemento terrenal al desnudo. El odio ariodigital a lo analógico intenta que no nos manche ninguna materia en estado bruto. De ahí está constante velocidad en la medición: el volumen del semen en la eyaculación, el adelgazamiento del hielo en los polos, la cantidad de ozono en la atmósfera... Medir es nuestra primera forma de corrupción, apostando por una contaminación política que nos libre de una existencia impolítica que nos repugna.
The cult of minorities whitens the inbred majority in which the West lives. Ragged trousers and readings of Butler and Preciado adorn with a simulacrum of otherness the strategies of self-perceived identity. It is the secular and postmodern version of the puritanical way of the inner relationship with God. The constant design in the bodies that surround us must protect us from any outside appehension that we fear, from being brushed by any naked earthly element. The ariodigital hatred of the analogue tries not to be sullied by any matter in its raw state. Hence this constant speed of measurement: the volume of semen in the ejaculate, the thinning of the ice at the poles, the amount of ozone in the atmosphere... Measuring is our first form of corruption, a political contamination that frees us from an impolitical existence that repulses us.
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