El médico tiene responsabilidades éticas con los beneficiarios de su quehacer: los pacientes, los colegas (incluidos otros profesionales de la salud) y la sociedad, pero olvida con frecuencia que tiene responsabilidades para consigo mismo y su familia también. En muchos lugares del mundo, el ser médico ha requerido dedicarse a la práctica de la medicina con muy poca consideración por su propia salud y bienestar. Las semanas de trabajo de 60 a 80 horas son comunes y las vacaciones a veces son consideradas como un lujo innecesario. Aunque muchos médicos parecen vivir bien en estas condiciones, sus familias, sus pacientes, sus colegas y la sociedad pueden verse afectadas desfavorablemente por esta realidad.
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