A lo largo de la historia del hombre, los animales han desempeñado un papel fundamental para el desarrollo de las poblaciones sin excepción de los conejos. Durante el periodo geológico del Pleistoceno y Holoceno, se ha considerado la aparición del conejo europeo (Oryctolagus cuniculi). Y durante el Epipaleolítico, el Mesolítico y el Neolítico en la Península Ibérica y el suroeste de Francia, los conejos fueron ampliamente explotados. Por otra parte, en México, en la ciudad prehispánica de Teotihuacan (1-550d.C.) durante el periodo clásico (200-600d.C:), en la cuenca de México, existe la idea de reproducción y domesticación, debido a evidencias arqueológicas identificadas en lugares geográficos como Oztoyahualco (350-550d.C.) Teotihuacán. Se ha observado que tanto en Europa como en América el conejo ha tenido relevancia a lo largo de la historia como fuente de alimento, piel, pelo y hoy en día también como mascota posiblemente debido a su distribución y ventajas en su crianza.
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