El objetivo principal del presente trabajo fue el estudio del desarrollo de la naturaleza de las disputas entre iguales a lo largo de las primeras etapas educativas y, de modo más específico, verificar que las disputas se convierten en un contexto potencialmente relevante para el desarrollo cognitivo y social del individuo en comparación a otras formas de interacción social. Con el propósito de describir el patrón evolutivo de los modos de iniciar, afrontar y resolver los conflictos sociales desde los 4 a los 8 años de edad, utilizamos un diseño de observación sistematizada preparada y no participante de carácter longitudinal, considerando dos periodos bien diferenciados desde el punto de vista educativo, esto es, la Educación Infantil y los inicios de la Educación Primaria. De igual modo, en cada uno de esos periodos se analizó la contribución de las características personales de los interlocutores (género, estatus social y rasgos temperamentales) en el estilo de argumentación, así como también se examino qué condiciones del contexto social inmediato (composición del grupo en función del género y de su impacto social) pueden favorecer o dificultar el desarrollo de la sofisticación y complejidad de las disputas. La muestra estuvo compuesta por 123 sujetos (67 niñas y 56 niños) en el periodo de Educación Infantil y, dos años más tarde, por 135 sujetos (74 niñas y 61 niños) en el periodo de Educación Primaria. En ambos momentos de la investigación, los sujetos fueron llevados en triadas a una sala-laboratorio ubicada en el mismo colegio, donde se les invitó a participar en una situación preparatoria de juego libre y tres situaciones estructuradas de resolución de problemas. Las categorías empleadas en función de las tres etapas que configuran la estructura del episodio conflictivo han sido: a) evento antecedente: tipo de inicio (agresivo, físico, verbal) y tema (daño físico y/o psicológico, posesión
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