La creatividad se presenta como un complejo y polifacético término en el que se encuentran tanto diferentes puntos de vista como alejadas corrientes científicas, por lo que se hace esepcialmente difícil llegar a precisar el contenido de dicho concepto.
Sin embargo, realizando una labor de síntesis, y destacando los puntos de encuentro de las distintas corrientes, principalmente las pertenecientes a los últimos tiempos se puede decir que la creatividad es un proceso mental en el que intervienen tanto la inteligencia como la personalidad y que aporta soluciones originales, novedosas, y útiles para resolver los problemas de un campo específico presentados en un determinado ámbito, y cuyas soluciones son consideradas como creativas por quienes tienen autoridad para hacerlo.
Así la creatividad se nos aprece como un proceso mental y por tanto para el que se capaz todo el mundo, en cuya excelencia influirán de manera muy decisiva la interacción con el ambiente, y los factores educacionales y sociales, más que las primigenias dotes recibidas genéticamente.
Para la comprensión de la creatividad se hace necesario vincular la actividad creativa a una base orgánica en la que tiene lugar el desarrollo de toda la actividad sensible del hombre. La transformación de los estímulos energéticos en impulsos eléctricos capaces de ser descodificados por las neuronas tienen lugar en el cerebro, principal centro rector de la actividad intelectual y por tanto de la creatividad. Por el contrario, y lejos de lo que podía suponerse, la creatividad no se encuentra localizada en ningún lugar específico del cerebro, sino que supone la interacción de muchas de sus estructuras para una misma tarea. Del mismo modo no se pueden llegar a identificar creatividad e inteligencia, pues si bien la primera necesita de la segunda para alcanzar ciertas fases de su proceso, ambas realidades no se identifican completamente, aun en la comprensión del térmi
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