Durante las últimas décadas se afirmó el efecto cardio-protector de la terapia hormonal sustitutiva (THS). Hiperinsulinismo, intolerancia a la glucosa y aumento de resistencia a la insulina son factores de riesgo cardiovasculares y se plantea la hipótesis de que la THS puede inducir cambios metabólicos que pueden modificar el riesgo cardiovascular y que serán diferentes segúen el gestágeno utilizado. Se ha realizado un estudio prospectivo casos/control con 40 pacientes menopaúsicas naturales y a las que se ha dividido en tres grupos: el grupo control, el grupo con estradiol y progesterona natural y el grupo con estradiol y noretisterona. Se ha realizado una SOG (sobrecarga oral de glucosa) basal y a los tres meses de seguimiento o tratamiento, con medición de niveles plasmáticos de glucosa, insulina y peptido C. En los resultados obtenidos no hubo modificaciones en el grupo control. En ambos grupos de tratamiento aumentaron las glucemias basales y tras sobrecarga oral de glucosa no se modificó la secreción de insulina ni la insulinemia ni tampoco la sensibilidad a la insulina ni el aclaramiento hepático a la insulina. En estado de ayuno en el grupo tratado con noretisterona se evidenció un aumento de la resistencia a la insulina y en el grupo tratado con progesterona se observó un aumento del aclaramiento hepático de insulina.
Los cambios producidos tras la administración del THS en relación al metabolismo hidrocarbonado son de pequeña magnitud y sus significación clínica no está clara aunque parece mínima.
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