Las enfermedades no transmisibles, como las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, las enfermedades respiratorias crónicas o la diabetes tipo II, son responsables del 71% de las muertes anuales. Aunque la etiología de las enfermedades no transmisibles es compleja, la adopción de un estilo de vida saludable podría prevenir o reducir la su mortalidad, así como la reducción de los costes sanitarios asociados a dichas patologías. Este hecho es especialmente importante en la infancia y la adolescencia ya que los comportamientos relacionados con la salud que se adquieren en estos años tienden a perdurar en la etapa adulta.
La práctica regular de actividad física, una calidad y duración del sueño óptima y una alimentación saludable se encuentran asociados de manera independiente con una serie de beneficios físicos, psicológicos y sociales en la adolescencia. En sentido contrario, otros comportamientos de riesgo como la exposición prolongada a determinados comportamientos sedentarios, especialmente el uso sedentario de diferentes medios tecnológicos de pantalla, así como el consumo de bebidas azucaradas y sustancias nocivas como el tabaco y el alcohol se asocian, aunque de manera negativa, con la salud de los adolescentes. A pesar de los beneficios o riesgos generados por los diferentes comportamientos, un gran porcentaje de adolescentes no cumple las recomendaciones de la mayoría de los comportamientos saludables, por lo que resulta conveniente el desarrollo de intervenciones basadas en la promoción de múltiples comportamientos relacionados con la salud desde las primeras etapas de la vida. Las escuelas o institutos representan un lugar en el que se encuentran escolarizados la práctica totalidad de niños y adolescentes. Este hecho proporciona la oportunidad de adoptar desde el ámbito escolar un enfoque global en el que participen padres, profesores, compañeros y toda la comunidad educativa, así como la posibilidad de aprovechar su conexión con el ámbito curricular y no curricular. Por todo ello, parece conveniente el desarrollo de intervenciones que tengan el entorno escolar como eje prioritario para la mejora de comportamientos saludables en adolescentes.
Dentro de todos los comportamientos identificados, la inactividad física se ha identificado como el cuarto factor de riesgo de mortalidad, asociándose con el aumento de muertes a causa de las enfermedades no transmisibles. El modelo socio-ecológico, la teoría de la autodeterminación y la teoría del comportamiento planeado son tres entramados teóricos que permiten identificar algunos de los factores sociales e individuales que pueden influir en una mayor práctica de actividad física en los adolescentes. El modelo socio-ecológico contribuye a una visión holística de la interacción de los factores intrapersonales, interpersonales, institucionales, de la comunidad y de la política pública que influencian la práctica de actividad física. A su vez, la teoría de la autodeterminación señala que el apoyo social percibido por los adolescentes por parte de sus agentes más significativos, puede satisfacer o frustrar las necesidades psicológicas básicas (i.e., autonomía, competencia y relaciones sociales), dando lugar a una motivación más o menos autodeterminada que influirá en una serie de consecuencias de índole afectivo, cognitivo y comportamental, entre las que se encuentra la práctica de actividad física. Por último, la teoría del comportamiento planeado señala que la práctica de actividad física se encuentra precedida por la intención de realizar dicho comportamiento, que, a su vez, está influenciado por las actitudes, creencias normativas y el control conductual percibido. Dentro de todos los contextos de promoción de actividad física, las clases de educación física ocupan un lugar muy destacado en el contexto escolar, debido a que pueden contribuir de manera directa e indirecta en la acumulación de minutos de actividad física en los adolescentes. El estudio conjunto de dichos factores sociales e individuales pertenecientes a dichos marcos teóricos, tanto en los contextos de educación física como en la práctica de actividad física extraescolar, permite una mayor comprensión de la práctica de actividad física.
La presente tesis doctoral se ha desarrollado en una muestra de adolescentes de dos institutos públicos de Educación Secundaria pertenecientes a la ciudad de Huesca (España), a través de cuatro estudios de investigación. Los objetivos principales de esta tesis doctoral son: (1) identificar la prevalencia, recomendaciones y agrupamiento de comportamientos saludables y no saludables, así como examinar su asociación con una serie de variables sociodemográficas y comportamientos relacionados con la salud (Estudio 1); (2) analizar la influencia de los principales agentes sociales de la comunidad educativa en una serie de variables motivacionales relacionadas con la actividad física y los niveles de actividad física, y examinar cómo influye la suma o combinación del apoyo de dichos agentes sociales en las variables de estudio (Estudio 2); (3) diseñar, implementar y evaluar los efectos de un programa multicomponente en el contexto escolar, denominado “Caminos del Pirineo”, para la mejora tanto de múltiples comportamientos relacionados con la salud, como de variables psicológicas relacionadas con la actividad física en contextos como la educación física y actividad física extraescolar en adolescentes (Estudios 3 y 4). Participaron 210 estudiantes (52,9% chicas; M = 13,06 ± 0,61 años) de 2º de Educación Secundaria Obligatoria, con edades comprendidas entre los 12 y 14 años. La actividad física y el tiempo sedentario se midieron mediante acelerómetros, mientras que el resto de comportamientos relacionados con la salud y las diferentes variables psicológicas se evaluaron a través de diferentes cuestionarios validados.
El primer y segundo estudio de esta tesis doctoral pretenden dar respuesta respectivamente a los objetivos uno y dos previamente señalados. Los resultados del primer estudio señalaron que solo el 1,7% de la muestra analizada cumplió las tres “24-hour movement guidelines” (i.e., actividad física, duración de sueño y tiempo de pantalla), siendo los porcentajes de cumplimiento más bajos los relativos al tiempo de pantalla, seguidos de los de práctica de actividad física. Los medios tecnológicos de pantalla más utilizados fueron la televisión seguido del teléfono móvil. En líneas generales, los niveles de actividad física fueron más altos entre semana que durante el fin de semana, ocurriendo a la inversa en el uso de los diferentes medios tecnológicos y la duración de sueño, donde se registraron valores más altos durante el fin de semana. A pesar de que los chicos fueron significativamente más activos entre semana que las chicas, durante los fines de semana no se observaron diferencias de género. En relación al resto de comportamientos relacionados con la salud no se observaron casi diferencias significativas entre chicos y chicas. La inclusión de cinco comportamientos relacionados con la salud (i.e., actividad física, tiempo sedentario, alimentación saludable, tiempo de pantalla sedentario y duración de sueño) reveló seis perfiles diferentes en este estudio. Ninguno de los perfiles resultantes mostró un patrón formado exclusivamente por comportamientos saludables o no saludables. Asimismo, tampoco se apreció una asociación entre el género y el índice de masa corporal con dichos perfiles. En relación a las diferencias en el tiempo utilizado en los diferentes medios tecnológicos de pantalla (i.e., televisión, ordenador, videojuegos no activos y teléfono móvil) no se apreciaron diferencias significativas entre los diferentes perfiles, con la excepción del perfil “Technological Sleepyheads” el cual mostró valores significativamente superiores al resto de perfiles. Los perfiles “Ideal Health” y “Active” se asociaron positiva y significativamente con el cumplimiento de dos a tres “24-hour movement guidelines”.
Los resultados del segundo estudio señalaron que solo la percepción del alumnado en cuanto al apoyo a la autonomía hacia la práctica de actividad física del profesor de educación física, el padre, la madre y, especialmente los compañeros, se relacionaron positiva y significativamente con una serie de variables motivacionales relacionadas con la actividad física, con la intención de ser físicamente activo y con los niveles de actividad física. Sin embargo, la percepción de los adolescentes del apoyo a la autonomía hacia la práctica de actividad física de tutores y profesores no mostró una influencia significativa sobre dichas variables. De los cuatro agentes sociales (i.e., profesor de educación física, padre, madre y compañeros) que mostraron influir de manera independiente sobre variables motivacionales relacionadas con la actividad física y con los niveles de actividad física, la interacción de dos (i.e., profesor de educación física y padre) y de tres agentes (i.e., profesor de educación física, padre y compañeros) produjo un incremento de la varianza explicada en dichas variables de estudio. El diagrama de representación de las interacciones significativas de dos y tres agentes señaló que los valores más bajos en las variables motivacionales relacionadas con la actividad física estuvieron asociados con una baja percepción de apoyo a la autonomía de diferentes agentes de la comunidad educativa. En sentido contrario, aunque solamente en el diagrama de representación de las interacciones de tres agentes, los valores más altos en la satisfacción de las necesidades psicológicas básicas y la motivación autónoma hacia la práctica de actividad física estuvieron asociados con una alta percepción de apoyo a la autonomía del profesor de educación física, padre y compañeros.
De los cinco perfiles identificados, un perfil estuvo formado por estudiantes que percibieron un alto apoyo a la autonomía de todos los agentes, otro perfil estuvo compuesto por estudiantes que percibieron un bajo apoyo a la autonomía de todos los agentes, mientras que el resto de perfiles estuvieron conformados por estudiantes que percibieron un moderado o alto apoyo a la autonomía de uno, dos o tres agentes respectivamente. La comparación de las variables de estudio, en los cinco perfiles resultantes, mostraron que aquellos estudiantes que percibieron un bajo apoyo a la autonomía por parte de todos los agentes mostraron valores significativamente inferiores en una serie de variables motivacionales relacionadas con la actividad física y en la propia práctica de actividad física que los perfiles integrados por estudiantes que percibieron al menos una fuente de apoyo a la autonomía por parte del profesor de educación física, madre, padre o compañeros. Sin embargo, el perfil compuesto por estudiantes que percibieron un alto apoyo a la autonomía por parte de todos los agentes obtuvo valores significativamente superiores en dichas variables de estudio en comparación con el resto de perfiles.
El tercer y cuarto estudio de esta tesis doctoral pretenden dar respuesta al objetivo tres previamente detallado. El programa de intervención “Caminos del Pirineo”, que se llevó a cabo a lo largo de un curso escolar, resultó efectivo para mejorar el cumplimiento independiente y combinado de las “24-hour movement guidelines” (i.e., actividad física, duración de sueño y tiempo de pantalla), así como para otros comportamientos relacionados con la salud como el tiempo sedentario, la duración de la siesta, el consumo de alimentos saludables, la ingesta de desayuno, el consumo de bebidas azucaradas, el desplazamiento activo al centro escolar y el consumo de sustancias nocivas (tabaco y alcohol) en los adolescentes del centro experimental. Aunque la intervención produjo mejoras significativas en los comportamientos analizados en los dos géneros, los chicos obtuvieron en dichos comportamientos un tamaño del efecto más alto que las chicas (Estudio 3). De igual modo, los adolescentes del centro experimental obtuvieron mejoras significativas en la percepción de apoyo a la autonomía hacia la práctica de actividad física de diferentes agentes de la comunidad educativa (i.e., profesor de educación física, padre, madre, compañeros, tutor y profesores de otras asignaturas) en el estilo interpersonal del profesor de educación física (i.e., apoyo a las necesidades psicológicas básicas y estilo controlador), en variables motivacionales relacionadas con la actividad física en los contextos de educación física y actividad física extraescolar (i.e., satisfacción de las necesidades psicológicas básicas, novedad, variedad y motivación), y en diferentes variables psicológicas relacionadas con la teoría del comportamiento planeado (i.e., actitudes, creencias normativas, el control conductual percibido y la intención de práctica de actividad física) (Estudio 4).
De la presente tesis doctoral se pueden extraer varias conclusiones. En primer lugar, solo un pequeño porcentaje de los adolescentes cumplió las “24-hour movement guidelines”, especialmente las relativas al tiempo de pantalla y la práctica de actividad física. En base a que los minutos encontrados de tiempo de pantalla se encuentran muy por encima de las dos horas establecidas por las organizaciones internacionales, parece conveniente reconsiderar las recomendaciones de tiempo de pantalla en cada uno de los dispositivos electrónicos y en el tiempo de pantalla total. Por otro lado, el bajo porcentaje de cumplimiento de las recomendaciones de salud encontrados, y que ninguno de los perfiles identificados se encontró exclusivamente formado por comportamientos completamente saludables, sugiere la necesidad de realizar intervenciones basadas en la promoción de múltiples comportamientos relacionados con la salud. Por tanto, la adopción de un comportamiento saludable no asegura que el resto de comportamientos vayan a desarrollarse en la misma dirección que el primero. El diseño de estrategias específicas para limitar el tiempo de utilización de los diferentes medios tecnológicos de pantalla y la promoción de práctica de actividad física parecen los objetivos prioritarios en los programas de intervención multicomponente basados en la mejora de múltiples comportamientos saludables dados los alarmantes niveles de tiempo de pantalla sedentario y los escasos niveles de práctica de actividad física de los adolescentes.
En segundo lugar, el desarrollo de programas de intervención que involucren al profesor de educación física, al padre, a la madre, y especialmente a los compañeros, parece de suma importancia dada la influencia conjunta de dichos agentes en las variables motivacionales relacionadas con la actividad física y los niveles de práctica de actividad física de los adolescentes. En caso de no poder implementar programas de intervención escolares que reúnan a todos los agentes mencionados parece conveniente que al menos uno de ellos esté presente en el desarrollo de dichas intervenciones. A pesar de que los tutores y profesores de otras asignaturas comparten muchas horas con los estudiantes no tuvieron una influencia significativa en las variables relacionadas con la actividad física y los niveles de actividad física.
En tercer y último lugar, cabe destacar que el desarrollo de un programa multicomponente denominado “Caminos del Pirineo”, en el que participó toda la comunidad educativa desde la vía curricular y no curricular, mostró resultados efectivos tanto para la mejora del cumplimiento de comportamientos saludables como para la reducción de comportamientos de riesgo de los adolescentes. Aunque el programa escolar “Caminos del Pirineo” ilustra estrategias prometedoras para mejorar los comportamientos saludables en ambos géneros, los efectos en las variables del estudio fueron más beneficiosos en el género masculino. De igual modo, las mejoras obtenidas en los adolescentes del centro experimental en una serie de variables psicológicas relacionadas con la práctica de actividad física en contextos como la educación física y actividad física extraescolar en adolescentes sugieren que dicho comportamiento saludable podría mantenerse en el tiempo.
Como conclusión, resulta necesario implementar programas multicomponente que fomenten el empoderamiento de todos los miembros de la comunidad educativa, tanto a través de la vía curricular como de la no curricular, para mejorar, con ello, la efectividad de las intervenciones dirigidas a mejorar múltiples comportamientos relacionados con la salud en los adolescentes.
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