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Las actitudes de los futuros docentes chilenos ante la inmigración y la multiculturalidad

  • Autores: Alejandra Del Carmen Sánchez Bravo
  • Directores de la Tesis: Francisco Pablo Holgado Tello (dir. tes.), Leandro Navas (dir. tes.)
  • Lectura: En la Universitat d'Alacant / Universidad de Alicante ( España ) en 2009
  • Idioma: español
  • Tribunal Calificador de la Tesis: Francisco José Morales Domínguez (presid.), Juan Luis Castejón Costa (secret.), María Ángeles Martínez Ruiz (voc.), Francisco Herrera Clavero (voc.), Gonzalo Sampascual Maicas (voc.)
  • Materias:
  • Texto completo no disponible (Saber más ...)
  • Resumen
    • Chile, durante la última década, ha recibido un gran número de personas extranjeras procedentes de distintas partes del mundo, por lo cual, en poco tiempo, se ha convertido en una sociedad pluricultural. Sin embargo, este rápido proceso de diversificación cultural no ha estado exento de problemas, entre los cuales destacan los de orden legal y social. Así, se observa que la legislación vigente es inadecuada para enfrentar las demandas que la inmigración genera y, que las respuestas sociales de la población autóctona tienden a ser discriminatorias.

      Desde el punto de vista educativo, la presencia de niños inmigrantes en las aulas chilenas, demanda una especial revisión de los objetivos que persigue la educación chilena y una necesaria innovación educativa, ambos, aspectos fundamentales para transitar desde una educación predominantemente monocultural a una educación que atienda y responda adecuadamente a las diferencias culturales de sus estudiantes. Como uno de los principales responsables de este proceso diversificador, surge la figura del profesor, ya que, a través, de sus ideas, sus percepciones y sus sentimientos trasmite, especialmente, a los estudiantes las pautas y las normas socioculturales relativas a la multiculturalidad, hecho que lo convierte en un importante promotor social.

      El objetivo de este estudio es analizar las ideas, las percepciones y los sentimientos, es decir, las actitudes que manifiestan un grupo de maestros en formación chilenos hacia la inmigración y hacia multiculturalidad en la escuela.

      Se concibe la actitud como un constructo tridimensional (Breckler, 1984; Rosenberg y Hovland, 1960; Triandis, 1971) que incluye los componentes cognitivo (representado por los estereotipos culturales), afectivo (que incluye los sentimientos negativos hacia el exogrupo) y conductual (respuestas xenófobas y discriminatorias hacia el exogrupo). Para estudiar e intentar comprenderle el tema se recogen los aportes que la Psicología Social ofrece en relación al origen y a la manifestación del prejuicio cultural, entre los distintos autores consultados destacan: Dovidio, Gaertner; Falomir, Muñoz, Invernizzi, Mugny, Morales, Pettigrew, Meertens, Sampascual y Tajfel, 1981.

      En el estudio participaron 720 maestros en formación chilenos, pertenecientes a tres universidades ubicadas al sur de Chile, dos tercios son mujeres y las edades oscilan entre los 17 y los 33 años (M = 21.13; DT = 2,35).

      Para valorar las actitudes se seleccionaron tres instrumentos, la Escala de Actitudes hacia la Inmigración de León, Mira y Gómez (2007), la Escala de Actitudes hacia la Educación Multicultural de Cabrera, Espín, Marín y Rodríguez (1997) y la Escala de Concepciones en torno a las Capacidades de Aprendizaje de Meier y Lemmer (2001). Las variables del estudio se refieren a principios y políticas de igualdad, distancia social positiva, distancia social negativa, favorabilidad positiva, favorabilidad negativa, efectos sobre el alumnado, efectos sobre el profesorado, efectos sobre el trabajo del aula, papel de la escuela, aprendizaje instrumental, aprendizaje moral, aprendizaje de la comunidad y aprendizaje en conformidad con la función.

      Los resultados del estudio señalan que las escalas presentan coeficientes de fiabilidad aceptables e índices de discriminación adecuados y que en comparación con los resultados obtenidos por León et al. (2007), Cabrera et al. (1997) y Meier y Lemmer (2001) presentan diferencias en las matrices factoriales. Los análisis factoriales confirmatorios muestran índices de ajustes adecuados. Tales diferencias se consideran razonables, pues, los participantes de este estudio pertenecen a un contexto cultural distinto.

      En relación con las actitudes hacia la inmigración, los análisis señalan que los sujetos presentan actitudes positivas asociadas, principalmente, a las relaciones esporádicas con los inmigrantes y a las acciones que otros puedan realizar en favor de éstos colectivos; actitudes intermedias vinculada con la manifestación de sentimientos positivos hacia los inmigrantes y con la igualdad de derechos y oportunidades para éstas personas y; actitudes negativas para establecer relaciones más cercanas que implican un mayor nivel de confianza con los inmigrantes. Se considera que las actitudes intermedias podrían estar vinculadas con la manifestación moderna del prejuicio que se caracteriza por ser más sutil e indirecto (Dovidio y Gaertner, 1986; Pettigrew y Meertens, 1995). En cuanto a las actitudes hacia la educación multicultural, los resultados muestran un incremento de actitudes positivas en comparación con las actitudes hacia la inmigración, aunque se mantiene un porcentaje importante de actitudes intermedias. Asociamos el incremento de actitudes positivas, a la relación existente entre el tema valorado y la formación profesional de los sujetos.

      Por otra parte, los análisis señalan que los sujetos muestran un comportamiento estereotipado al valorar las aptitudes de aprendizaje de los estudiantes pertenecientes a distintos grupos culturales (autóctonos, otros sudamericanos, europeos y asiáticos), en tanto, atribuyen distintas capacidades de aprendizaje a los estudiantes en función del grupo de pertenencia. Las aptitudes de aprendizaje más bajas son atribuidas a los estudiantes autóctonos, lo cual, indica, una inclinación negativa de la identidad de grupo (Tajfel, 1981). Se piensa que la atribución diferenciada de aptitudes se relaciona con los referentes culturales que los participantes poseen de cada cultura y que la identidad social negativa podría asociarse con circunstancias particulares de la sociedad chilena.

      Por otra parte, se observan diferencias en las actitudes en función del sexo y la experiencia de relación con personas inmigrantes. Creemos que las explicaciones para estas diferencias hay que buscarlas, principalmente, en variables sociales como las normas, los valores y la atribución de roles predominantes en el contexto valorado (Pettigrew y Tropp, 2000; Verkuyten, 2001).

      La presencia de relaciones estadísticamente significativas entre las variables latentes, permite proponer cuatro modelos estructurales que muestran adecuados índices de ajuste a los datos. Los análisis estructurales sugieren que la actitud positiva para compartir espacios públicos con los inmigrantes, así como, también, la inclinación positiva hacia las políticas publicas que garantizan la igualdad de derechos y oportunidades para los extranjeros, junto con una valoración positiva de la diversidad cultural favorecen el desarrollo de una actitud más positiva hacia la educación multicultural y que ésta actitud predice, en cierta medida, la valoración que los futuros maestros realizan respecto a las aptitudes de aprendizaje de los estudiantes extranjeros.

      Los resultados obtenidos permiten proponer algunas conclusiones, entre éstas, que se observa cierto nivel de prejuicio cultural entre los sujetos, asociado, principalmente, con los sentimientos y emociones que generan las personas del exogrupo (componente afectivo de la actitud), así como, también, cierto nivel de rechazo encubierto hacia la educación multicultural que probablemente se deriva de la formación profesional recibida o de su falta (componente cognitivo de la actitud). Por otra parte, hay indicios importantes para suponer que la pertenencia a una categoría social es saliente o preponderante cuando los futuros maestros atribuyen aptitudes de aprendizaje a los estudiantes extranjeros.

      Además, podemos concluir que, en cierta medida, las actitudes hacia la inmigración predicen de mejor forma las actitudes hacia la educación multicultural que las atribuciones que realizan lo sujetos sobre las aptitudes de aprendizaje de los estudiantes extranjeros, es decir, al igual como se ha visto en otros contextos los prejuicios son mejores predictores que los estereotipos de las actitudes negativas (Dovidio, Brigham, Jonson y Gaertner, 1996; Stangor, Sullivan y Ford, 1991). Otro aspecto importante de destacar es que los análisis estructurales aplicados a variables de base psicosocial ofrecen una interesante y valiosa oportunidad para intentar interpretar la realidad.

      Finalizado el estudio y ejerciendo la autocrítica, se entiende que sería interesante que en futuras investigaciones, entre otros aspectos, se abordara el estudio de la especificidad emocional que generan los distintos grupos culturales, ya que podrían producir distintas respuestas en la población autóctona (Cottrell y Neuberg, 2005; Gaviria, 2007; Molero, 2007) e intentar determinar, si los resultados muestran tal situación, cuáles son las variables que están mediando para que en unos casos la norma permita discriminar más a unos grupos que a otros.

      Para finalizar, debemos mencionar que los resultados obtenidos ameritan la posibilidad de poner en práctica un programa tendente a mejorar las actitudes de los sujetos, para que como futuros maestros se acerquen al tema de la inmigración y de la multiculturalidad desde una perspectiva formativa.


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