El objeto de estudio de esta tesis doctoral son las personas con Trastornos del Espectro Autista (TEA) y nos centramos en la población de la Comunidad Canaria. Comienza con un recorrido por el concepto mismo del autismo como trastorno que afecta desde la infancia, a todo el ciclo vital, desde el comienzo de su estudio (1943) hasta nuestros días. Uno de los primeros intereses era obtener datos epidemiológicos sobre la prevalencia e incidencia de los TEA y revisamos la literatura científica existente así como las explicaciones al aparente aumento de casos de TEA en el mundo. Todos los investigadores coinciden a la hora de señalar la importancia que tiene una detección temprana en la evolución positiva del trastorno así como el papel importantísimo de la familia que ve alterados sus objetivos con la aparición de nuevas necesidades que deben ser satisfechas desde el momento de la detección o de la aparición de las primeras sospechas de que algo en el desarrollo de su hijo no es adecuado. El primer estudio que presentamos identifica las necesidades de las familias desde la aparición de los primeros síntomas del trastorno y los recursos con los que cuentan, especialmente las necesidades referidas al proceso de diagnóstico y la necesidad de investigación sobre los TEA. Entre otros resultados, se constata la necesidad de detectar cuanto antes para poder intervenir y mejorar el pronóstico. Elegimos las consultas de pediatría, por la buena disposición de dichos profesionales y porque todos los niños son vacunados a los 18 meses y pasan revisiones en el programa de salud infantil a los 24 meses. En esos momentos se administra un cuestionario de desarrollo comunicativo y social (M-CHAT) que ha demostrado su validez en otras investigaciones y ha sido traducido al español (M-CHAT/ES), siendo a su vez objeto de investigación en nuestro país. Obtenemos datos de prevalencia en la provincia de Las Palmas y datos acerca de la fiabilidad y validez del instrumento empleado. Terminamos con un capítulo dedicado al análisis de los casos diagnosticados resultantes del cribado llevado a cabo de casi dos mil niños y el comportamiento del M-CHAT/ES en dichos casos. Los diagnósticos se reducen a 30 casos, de los cuales 11 presentan TEA, 11 retrasos psicomotores, 5 trastornos del lenguaje y 3 desarrollo normal con problemas de conducta.
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