La vida social humana se sustenta en la cooperación de una forma diferente respecto a otras especies. Los científicos han indagado en la evolución de la cooperación desde distintos puntos de vista (Trivers, 1971; Dawkins, 1976; Axelrod y Hamilton, 1981; Axelrod, 1984; Caporael et al., 1989; Boyd & Richerson, 1990; Wilson & Sober, 1994; Bergstrom, 2002; Boyd et al., 2003; Gintis et al., 2003; Bowles & Gintis, 2004; Gintis et al., 2008; Boyd et al., 2010) pero ninguna de tales explicaciones dan cuenta de la complejidad de las relaciones cooperativas humanas. En este trabajo de tesis se analizan las relaciones cooperativas destacando su relación intrínseca con las relaciones de confianza. ¿Por qué cooperamos? ¿Cuál es la influencia de la confianza en la cooperación y qué papel juega la historia evolutiva en este puzle? Tomando en consideración las formas sociales adoptadas por nuestros antepasados humanos, es posible pensar en ciertos rasgos cognitivos y psicológicos específicos relevantes para entender las relaciones actuales de cooperación y, en un sentido más amplio, las relaciones sociales. El objetivo es, en definitiva, enmarcar las relaciones sociales humanas en un entorno evolutivo para explicar comportamientos sociales que existen en la actualidad. Contenido de la investigación Esta tesis trata de responder a las cuestiones planteadas anteriormente basándose primero en la relación que existe entre la evolución de la socialidad y la cognición humanas, como hipótesis de partida a contrastar en estudios posteriores. Desde esta perspectiva y, utilizando una metodología multidisciplinar procedente de disciplinas tales como la Sociología, Psicología y Antropología, se diseña un plan de investigación que trata de profundizar en mayor medida en dichos temas. El trabajo de tesis parte inicialmente de una revisión crítica sobre estudios que tratan de relacionar el comportamiento social en primates y la evolución del neocórtex –la Hipótesis del Cerebro Social de Dunbar (Dunbar, 1992; Dunbar, 1998; Dunbar & Shultz, 2007; Shultz & Dunbar, 2007; Dunbar, 2010). De dicha revisión, resulta evidente la necesidad de utilizar un enfoque más matizado para explicar la enorme complejidad de las relaciones sociales humanas. Para ello, ofrece un enorme interés el análisis de la influencia del mecanismo psicológico de la confianza. No obstante, los estudios de Dunbar, especialmente aquellos relacionados con las características propias de los grupos sociales humanos en relación a la capacidad cognitiva, son continuamente revisados a lo largo de todo este trabajo. Posteriormente se propone un marco teórico sobre los factores que influyen en la confianza (Parsons, 1970; Barber, 1983; Good, 1988; Yamagishi, 1998; Glaeser et al., 2000; Uslaner, 2002; Six, 2005; Bjørnskov, 2006; Hardin, 2006) y su posible configuración en un entorno evolutivo. Sobre esta base teórica, se diseña el posterior trabajo empírico, siempre teniendo en cuenta la hipótesis de que el ser humano tiene un comportamiento social ampliamente influenciado por un contexto de relaciones dentro de los pequeños grupos en los que ha convivido durante la mayor parte de su historia evolutiva. El marco teórico explica los elementos que conforman la confianza, la tipología y su posible configuración a lo largo de la historia evolutiva. Constituyen el substrato utilizado para llevar a término el análisis de la confianza y del comportamiento cooperativo en los siguientes trabajos empíricos. Los estudios empíricos siguen un plan basado en un diseño propio, procedente de la revisión de la literatura (Fey, 1955; Rosenberg, 1957; Wrightsman, 1964, 1974; Rotter, 1967; Survey Research Center, 1969; Christie & Geis, 1970; Johnson-George & Swap, 1982; Rempel et al., 1985; World Values Survey Association, 2009), con cuestionarios para medir el nivel de confianza general y personal en un grupo. Además se usa un juego experimental – dilema del prisionero con algunas variantes– que demuestra el comportamiento cooperativo real de los individuos. El juego se realiza en condiciones de confianza y de no confianza entre los miembros de un mismo grupo. El estudio piloto se lleva a cabo inicialmente en dos grupos diferentes. Los resultados muestran ya la influencia de las relaciones cercanas de confianza personal en la cooperación y el interés de analizar las redes de confianza (Radcliffe-Brown, 1940; Barnes, 1954; Milgram, 1967; Mitchell, 1969; Wasserman & Faust, 1994; Molina, J.L., 2001; White & Harary, 2001; Newman et al., 2003; Freeman, 2004; Eguíluz et al., 2005; Fowler & Christakis, 2010) en mayor profundidad. Los resultados de este trabajo se confirman en un estudio similar posterior con otros grupos más numerosos y más comparables entre sí. Los nuevos resultados muestran cómo la cooperación se relaciona en buena medida con un compromiso afectivo de reciprocidad que proviene de la confianza personal, como elemento adaptativo hacia una cooperación más exitosa, incluso en condiciones de anonimato y pese a la posibilidad de causar un perjuicio en el individuo a corto plazo. Además, el estudio incluye un análisis en profundidad de las redes de confianza de estos grupos para constatar la importancia que ciertas topologías de redes de confianza pueden tener en la cohesión general de un grupo. La última parte de la tesis presenta una perspectiva más antropológica con la realización de trabajo de campo en dos zonas caracterizadas por su gran diversidad étnica: el norte de Ghana y Oaxaca, en México. Estos lugares permiten estudiar cómo interaccionan los grupos y por qué mantienen sus identidades étnicas a pesar de una historia en común. Se pretende analizar si los mecanismos de la confianza personal que aparecen a nivel individual pueden trasladarse también a grupos más grandes o a sociedades. En este caso, además de la observación directa de los grupos y de la inclusión de su contexto histórico, social, económico y político, se utilizan entrevistas y redes personales de cooperación. En el trabajo de Ghana (Rattray, 1931, 1932; Syme, 1932; Tait, 1961; Hilton, 1962; Hart, 1971; Drucker-Brown, 1975, 1992; Fussy, 1979; Laari, 1987; Awedoba, 1989, 2001; Wilks, 1989; Assimeng, 1990; Kotey, 1995; Schlottner, 2000; Oppong, 2002; Tonah, 2005), se hace un recorrido por el contexto de los grupos y se explican las características de sus redes de confianza y cooperación. En este trabajo, se observa la eficacia de la diversificación étnica como medio para crear pequeños grupos más resistentes a la hora de enfrentarse a entornos difíciles. Se muestra también la adopción de formas culturales que permiten extender los mecanismos de la confianza personal en colectivos mayores. En el último trabajo se comparan los resultados anteriores con los de México (Chance, 1979; Zeithin, 1990; Campbell, 1993; Oseguera, 2004; Reina Aoyama, 2004; Barabas, 2006, 2008; Trejo Barrientos, 2006; Spores, 2008; Joyce, 2010; Nahmad Sitton, 2013), en un análisis cross-cultural para identificar posibles elementos “universales” en las redes de confianza y cooperación y también las influencias culturales. Conclusiones Mediante los anteriores trabajos se muestra que la confianza es uno de los mecanismos cognitivos y psicológicos más anclado en la historia evolutiva humana. Su origen evolutivo se observa en los resultados de esta tesis: al demostrarse la mayor influencia de la confianza personal sobre la confianza general a la hora de influir en la cooperación, la cual necesita de las relaciones cercanas y por tanto del pequeño grupo para su aparición –dadas las limitaciones cognitivas y temporales para mantener este tipo de relaciones con gran número de personas–, y su fuerte conexión con aspectos emocionales inconscientes –uno de los mecanismo más primitivos en los seres humanos. De hecho, tanto en el trabajo empírico como en el de campo, aparece la configuración de redes de confianza en torno a pequeños grupos. La confianza personal también puede extenderse a colectivos mayores. Incluso en las grandes sociedades más desarrolladas los individuos siguen creando sus pequeños grupos en todos los ámbitos de su vida. Sin embargo, en algunas sociedades, donde existen mayores dificultades de supervivencia, como las analizadas en esta tesis, se observan determinadas herramientas culturales que sirven para extender la confianza personal a un mayor número de personas: conceptos tales como grupos étnicos, clanes, linajes, familias, comunalidad, municipalidad en el caso oaxaqueño, valores internalizados, etc… son eficaces en este sentido. De este modo, la cultura provee de los mecanismos necesarios para crear fuertes lazos de cohesión basados en los elementos emocionales. La mayor cohesión y una actitud más abierta de confianza que surgen de tales herramientas culturales ayudan a enfrentarse a los entornos de forma más eficaz. Así pues, se podría predecir que a medida que los entornos resultan más difíciles, aparece una mayor diversificación de los grupos. Con la comparación de los resultados de Ghana y México, se profundiza en mayor medida en los elementos comunes en las redes de confianza y cooperación –aspectos universales–: los grupos pequeños y distintos niveles de emocionalidad implícita en los vínculos de confianza; y aquellos elementos culturales que se adecuan al contexto histórico y a la situación económica de los grupos, para crear una mayor o menor cohesión de sus miembros en función de sus necesidades. De este modo, además de identificarse en el campo diferentes indicadores para medir la confianza, también se identifican ciertas formas culturales que parecen más eficaces que otras a la hora de cohesionar los grupos, a saber, los valores y el sentimiento de identidad y pertenencia grupal, frente a la normatividad.
La vida social humana es basa en la cooperació i la confiança d'una manera diferent de la d’altres espècies. Els científics han investigat la cooperació humana des de diferents punts de vista (Trivers, 1971; Dawkins, 1976; Axelrod y Hamilton, 1981; Axelrod, 1984; Caporael et al., 1989; Boyd & Richerson, 1990; Wilson & Sober, 1994; Bergstrom, 2002; Boyd et al., 2003; Gintis et al., 2003; Bowles & Gintis, 2004; Gintis et al., 2008; Boyd et al., 2010), però encara hi ha moltes preguntes sobre l'evolució de la cooperació sense explicació. Aquest treball de tesi analitza les relacions cooperatives emfasitzant la seva relació intrínseca amb les relacions de confiança. Per què cooperem? Quina és la influència de la confiança en la cooperació i el paper de la història evolutiva en aquest trencaclosques? Tenint en compte les formes socials adoptades pels avantpassats humans, és possible pensar en certs trets cognitius i psicològics específics que podrien tenir una importància clau per entendre les actuals relacions de cooperació i, en un sentit més ampli, les relacions socials. L'objectiu de la tesi és, en definitiva, emmarcar les relacions socials en un entorn evolutiu per explicar els comportaments socials que existeixen avui en dia. Contingut de la investigació Aquesta tesi tracta de respondre les preguntes anteriors, a partir de la relació entre l'evolució de la sociabilitat i la cognició humà, com hipòtesi inicial per contrastar els estudis posteriors. Des d'aquesta perspectiva i utilitzant una metodologia multidisciplinària de la Psicologia, Antropologia i Sociologia, es va dissenyar un pla de recerca que pretén aprofundir en aquest plantejament. Amb aquest objectiu en ment, el treball de tesi es basa inicialment en una revisió crítica d’estudis anteriors que intenten relacionar el comportament social dels primats i l'evolució del neocórtex –la Hipòtesi del Cervell Social de Dunbar (Dunbar, 1992; Dunbar, 1998; Dunbar & Shultz, 2007; Shultz & Dunbar, 2007; Dunbar, 2010). Aquesta revisió mostra clarament la necessitat d'un enfocament més matisat per explicar aquesta relació a causa de l'enorme complexitat de les relacions socials humanes. Per això, l’estudi de la influència del mecanisme psicològic de la confiança ofereix un interès enorme. No obstant això, els estudis de Dunbar, especialment aquells relacionats amb les característiques dels grups socials humans en relació amb la seva capacitat cognitiva, sóntinguts en compte al llarg de tot aquest treball. Després d’aquesta revisió es proposa un marc teòric sobre els factors que influeixen en la confiança (Parsons, 1970; Barber, 1983; Good, 1988; Yamagishi, 1998; Glaeser et al., 2000; Uslaner, 2002; Six, 2005; Bjørnskov, 2006; Hardin, 2006) i la seva possible configuració en un entorn evolutiu. En base a aquest marc teòric, es dissenyen els treballs empírics posteriors, sempre tenint en compte la hipòtesi que l'ésser humà té un comportament social àmpliament influenciat per un context de relacions dintre de petits grups. Aquest és el context social en que han viscut els humans durant la major part de la seva història evolutiva. El marc teòric explica els elements que conformen la confiança, la tipologia i la seva possible configuració al llarg de la història evolutiva. Constitueix el substrat utilitzat per dur a terme l’anàlisi de la confiança i del comportament cooperatiu en els següents treballs empírics. Aquests estudis empírics segueixen un pla basat en un disseny propi, a partir de la revisió de la literatura (Fey, 1955; Rosenberg, 1957; Wrightsman, 1964, 1974; Rotter, 1967; Survey Research Center, 1969; Christie & Geis, 1970; Johnson- George & Swap, 1982; Rempel et al., 1985; World Values Survey Association, 2009), amb qüestionaris per mesurar el nivell de confiança personal i general en un grup. També s'utilitza un joc experimental –el dilema del presoner amb algunes variacions– que demostra el comportament cooperatiu efectiu dels individus. El joc es realitza en condicions de confiança i sense confiança entre els membres d’un mateix grup. L'estudi pilot inicial es realitza en dos grups diferents. Els resultats ja mostren la influència de les relacions estretes de confiança personal en la cooperació i l'interès de anàlisi de xarxes de confiança (Radcliffe-Brown, 1940; Barnes, 1954; Milgram, 1967; Mitchell, 1969; Wasserman & Faust, 1994; Molina, J.L., 2001; White & Harary, 2001; Newman et al., 2003; Freeman, 2004; Eguíluz et al., 2005; Fowler & Christakis, 2010) en major profunditat. Els resultats d'aquest treball es confirmen en un similar estudi posterior amb altres grups més nombrosos i més comparables entre si. Els nous resultats mostren com la cooperació s'incrementa en gran mesura si es dóna un compromís afectiu inconscient de reciprocitat que ve de la confiança personal, com un element adaptatiu cap a una cooperació més efectiva i recíproca, fins i tot en condicions d'anonimat i malgrat la possibilitat de causar un prejudici en el curt termini. A més, l'estudi inclou una anàlisi en profunditat de les xarxes de confiança d’aquests grups per determinar la importància que poden tenir certes topologies de xarxes de confiança en la cohesió general d'un grup. En la darrera part de la tesi, s'utilitza una perspectiva més antropològica amb la realització de treballs de camp en dues àrees que es caracteritzen per la seva gran diversitat ètnica: nord de Ghana i Oaxaca, a Mèxic. Aquests llocs permeten estudiar com interactuen els grups i per què es mantenen les seves identitats ètniques malgrat una història i un territori en comú. Es pretén examinar també si els mecanismes de la confiança personal, que funcionen clarament a nivell individual, poden trobar-se també en grups grans o societats de gran escala. En aquest cas, a més de l'observació directa dels grups i la inclusió del seu context històric, social, econòmic i polític, s'utilitzen entrevistes i xarxes personals de cooperació. En el treball de Ghana (Rattray, 1931, 1932;) Syme, 1932; Tait, 1961; Hilton, 1962; Hart, 1971; Drucker-Brown, 1975, 1992; Primmirat, 1979; Laari, 1987; Awedoba, 1989, 2001; Wilks, 1989; Assimeng, 1990; Kotey, 1995; Schlottner, 2000; Oppong, 2002; Tonah, 2005), es mostra el context dels grups i s’explica les característiques de les seves xarxes de confiança i cooperació. En aquest estudi es posa de manifest l''eficàcia del fenomen de la diversificació ètnic com un mitjà per crear petits grups més resistents quan s'enfronten amb entorns difícils. També s'analitza l'adopció de formes culturals que permeten ampliar el mecanisme de la confiança personal a grups més grans. En l'últim treball de la tesi es comparen els anteriors resultats de Ghana amb els de Mèxic (Chance, 1979; Zeithin, 1990; Campbell, 1993; Oseguera, 2004; Reina Aoyama, 2004; Webmoney, 2006, 2008; Trejo Barrientos, 2006; Espores, 2008; Joyce, 2010; Nahmad Sitton, 2013), en una anàlisi intercultural per identificar possibles elements "universals" a les xarxes de confiança i cooperació i així com les influències culturals que modulen aquestes predisposicions humanes en cada cas. Conclusions Els diversos treballs en conjunt mostren que la confiança és un mecanisme cognitiu i psicològic ancorat en la història evolutiva humana, que ha jugat un paper important en l'evolució de la cooperació que caracteritza les societats humanes. El seu origen evolutiu es desprèn dels resultats d'aquesta tesi: es demostra que la confiança personal té més influència que la confiança general en la cooperació, que la confiança necessita relacions properes i, per tant, del petit grup per la seva aparició – tenint en compte les limitacions cognitives per mantenir aquestes relacions amb un gran nombre de persones– i la seva estreta connexió amb aspectes emocionals inconscients – un dels mecanismes més primitiu en humans. De fet, la configuració de les xarxes de confiança en petits grups apareixen tant als treballs empírics com als treballs de camp,. La confiança personal també es pot ampliar a col·lectius més grans. Fins i tot a les societats més desenvolupades les persones continuen creant els grups reduïts en tots els àmbits de la seva vida. No obstant això, en algunes societats, on hi ha importants dificultats de supervivència, com les analitzades en aquesta tesi, hi ha certes eines culturals que serveixen per ampliar la confiança personal a un major nombre de persones: conceptes com grups ètnics, clans, llinatges, famílies, coincidència, “comunalidad” i municipi en cas d'Oaxaca, valors interioritzats, etc. són eficaços en aquest sentit. Així, la cultura proporciona els mecanismes necessaris per a crear uns vincles forts de cohesió basats en elements emocionals. Una major cohesió i una actitud més oberta de confiança derivada de tals eines culturals ajuden a enfrontar-se als ambients més eficaçment. Així, es podria predir que quan els entorns són més difícils, es mostrarà una major diversificació dels grups. Amb la comparació dels resultats de Ghana i Mèxic, s'aprofundeix en major mesura en els elements comuns en les xarxes de confiança i cooperació –aspectes universals–: petits grups i diferents nivells d'emocionalitat implícita en els vincles de confiança; i elements culturals que s'adeqüin al context històric i la situació econòmica dels grups, per crear una més o menys cohesió dels seus integrants segons les seves necessitats. Així, a més d'identificar en el camp diferents indicadors i eines per mesurar la confiança, són també identificades certes formes culturals que semblen més eficaces que altres quan es tracta d'unir els grups, és a dir, els valors i el sentit d'identitat i grup de pertinença, davant les normes i l'autoritat.
Human social life is sustained by cooperation in a different way with respect to other species. Scientists have investigated human cooperation from different points of view (Trivers, 1971; Dawkins, 1976; Axelrod y Hamilton, 1981; Axelrod, 1984; Caporael et al., 1989; Boyd & Richerson, 1990; Wilson & Sober, 1994; Bergstrom, 2002; Boyd et al., 2003; Gintis et al., 2003; Bowles & Gintis, 2004; Gintis et al., 2008; Boyd et al., 2010) but many questions about the evolution of cooperation remain open. In this dissertation the cooperative relationships are analyzed emphasizing its intrinsic link with trust relationships. Why do we cooperate? What is the influence of trust on cooperation and which role does human evolutionary history play in this puzzle? Considering the social forms our ancestors lived by, it is possible to think in certain cognitive and psychological traits that might have a key importance in order to understand the relationships of cooperation and, in a wider sense, the social relationships it made possible. The goal is, in short, framing social relationships in an evolutionary framework in order to explain the social behaviors of nowadays. Content of research This work attempts to answer these questions firstly on the basis of the relation between the evolution of human sociality and cognition, as a hypothesis to be tested in the following studies. From this perspective and using a multidisciplinary methodology including Sociology, Psychology and Anthropology, a research plan was designed in order to further examine these topics. This dissertation starts with a critical review of some previous studies that relate the social behavior in primates to the evolution of the neocortex –Dunbar’s Social Brain Hypothesis (Dunbar, 1992; Dunbar, 1998; Dunbar & Shultz, 2007; Shultz & Dunbar, 2007; Dunbar, 2010). This review shows the need for a more nuanced approach in order to explain this dependence because of the enormous complexity of human social relationships. To achieve this goal, the analysis of the psychological mechanism of trust offers a huge interest. However, Dunbar’s studies, especially those that relate human social groups to cognitive ability, are continuously in the background throughout all this work. Next, a theoretical framework is introduced to characterize trust and the factors that influence it (Parsons, 1970; Barber, 1983; Good, 1988; Yamagishi, 1998; Glaeser et al., 2000; Uslaner, 2002; Six, 2005; Bjørnskov, 2006; Hardin, 2006), as well as their possible configuration in an evolutionary environment. On the basis of this theoretical framework the subsequent empirical work is designed, always keeping in mind the assumption that humans have a social behavior widely influenced by a context of relationships within small groups. They are the social configuration humans lived most of their evolutionary history. In the theoretical framework the elements that make up trust, its typology and its possible configuration in the evolutionary history are explained. This work is the substrate used to groundthe analysis of trust and cooperative behavior carried out in the following empirical works. These empirical studies follow an original plan, grounded in a literature review (Fey, 1955; Rosenberg, 1957; Wrightsman, 1964, 1974; Rotter, 1967; Survey Research Center, 1969; Christie & Geis, 1970; Johnson-George & Swap, 1982; Rempel et al., 1985; World Values Survey Association, 2009), which involves the development of new questionnaires to measure the level of general and personal trust in a group. In addition, an experimental game –a prisoner's dilemma with some variants– is included in order to show the effective cooperative behavior of participants. The game is played in conditions of trust and non-trust among the members of the group. The pilot study is initially conducted in two different groups. The results already show the influence of close relationships of personal trust in cooperation and the interest of analyze trust networks (Radcliffe-Brown, 1940; Barnes, 1954; Milgram, 1967; Mitchell, 1969; Wasserman & Faust, 1994; Molina, J.L., 2001; White & Harary, 2001; Newman et al., 2003; Freeman, 2004; Eguíluz et al., 2005; Fowler & Christakis, 2010) more deeply. The results of this work are confirmed in a subsequent similar study with other more numerous and more comparable groups. The new results show how cooperation relates largely to an affective commitment of reciprocity that comes from personal trust, as adaptive element towards a more successful cooperation, even in conditions of anonymity, and despite the possibility of causing a cost in individuals in the short term. In addition, the study includes an analysis in depth of these groups’ trust networks to analyze the importance that certain topologies of trust networks can have on the general cohesion of a group. The last part of the dissertation shows a more anthropological perspective with the completion of fieldwork in two areas characterized by a great ethnic diversity: Northern Ghana and Oaxaca, in Mexico. These locations allow study how groups interact and why they keep their ethnic identities despite a history and a territory in common. To examine whether the personal trust mechanisms present at an individual level can be also extended to larger groups or societies is aimed. In this case, in addition to the direct observation of groups and the inclusion of its historical, social, economic and political context, interviews and personal networks of cooperation are used. The work of Ghana (Rattray, 1931, 1932) Syme, 1932; Tait, 1961; Hilton, 1962; Hart, 1971; Drucker-Brown, 1975, 1992; Primmirat, 1979; Laari, 1987; Awedoba, 1989, 2001; Wilks, 1989; Assimeng, 1990; Kotey, 1995; Schlottner, 2000; Oppong, 2002; Tonah, 2005) shows the context of groups and the features of their trust networks of trust and cooperation are explained . In this work, the effectiveness of ethnic diversification as a means to create small groups more resilient when face with difficult environments is shown. The adoption of cultural forms that allow extend personal trust in larger collectives is also presented. The last work compares the Ghana results with those of Mexico (Chance, 1979; Zeithin, 1990; Campbell, 1993; Oseguera, 2004; Queen Aoyama, 2004; Barabas, 2006, 2008; Trejo Barrientos, 2006; Spores, 2008; Joyce, 2010; Nahmad Sitton, 2013), in a cross-cultural analysis to identify possible "universal" elements in trust and cooperation networks, and also cultural influences. Conclusions The previous works show that trust is a cognitive and psychological mechanism anchored in human evolutionary history. Their evolutionary origin is supported by the results of this dissertation: to demonstrate the higher influence of personal trust than general trust in fostering cooperation. Close relationships are needed for personal trust and they require small groups for its emergence –given the cognitive and temporal constraints required in order to keep such relationships with a larger number of people. Close relationships also involve an emotional dimension –a most primitive mechanism in humans. In fact, small group dynamics was found both in experimental games and in fieldwork. Personal trust also plays a role in large scale societies, where individuals continue to create their small groups in all areas of their life. However, in those societies where survival is more difficult and resources scarce certain cultural tools (such as values or norms) appear whose function is to extend personal trust to a greater number of people: groups such as ethnic groups, clans, lineages, families, commonalities, municipalities (as in the Oaxaca case). Thus, culture provides the necessary mechanisms to create strong bonds of cohesion based on emotional elements beyond the small group. Greater cohesion and a more open attitude of trust arising from such cultural tools help at time to face environments more efficiently. Thus, it could be predicted that more difficult environments show a greater group diversification. In addition, the comparison of Ghana and Mexico results allows a deeper analysis of the common elements of trust and cooperation networks -their universal aspects-: small groups and different levels of emotionality implied in the bonds of trust; and cultural elements that are suited to the historical context and the economic situation of groups, to create a more or less cohesion of its members according to their needs. Thus, in addition to identify in the field several indicators to measure trust, more effective cultural forms to foster cooperation is also identified: the values and the sense of identity of group membership, instead of formal regulations and authority.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados