Partiendo de la definición de competencia como capacidad de poner en práctica los conocimientos construidos en el aprendizaje, en este artículo se analiza la aplicación de conocimientos a la resolución de un problema auténtico en el laboratorio, el oscurecimiento de las manzanas cortadas. La herramienta de análisis es una adaptación de los niveles de competencia PISA. Los resultados apuntan a las dificultades experimentadas por los participantes -investigadores en formación- para integrar distintos conocimientos y destrezas en un alto nivel de competencia. Sugerimos la necesidad de identificar las tareas de laboratorio con problemas que requieren aplicar conocimientos conceptuales, no sólo destrezas. El desarrollo de estas competencias exige su práctica en la instrucción.
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