En la sociedad pluralista actual se valora cada vez más la convivencia, la capacidad de diálogo, de relación y de comunicación. Ahora bien, la convivencia es compleja, sobre todo cuando existen diferencias culturales, ya que estamos hablando de profundas aspiraciones humanas, y en sociedades plurales y en modelos educativos como los nuestros.La música tiene la gran capacidad de transferir sentimientos para cambiar y transformar lasociedad. Por tanto, la música puede resultar una terapia para trabajar tanto con niños como con adultos, en la escuela o fuera de ella. La música es un eje para el desarrollo integral de nuestra realidad. Da luz a nuestra oscuridad y puede, si nos lo proponemos, convertirse en un pertinente recurso terapéutico para la humanidad, generando bases sólidas de comportamiento, que nos guiaran por un verdadero camino ético hacia la generosidad.Asumimos que la música como código de circulación ética es una fuente de alimento para el espíritu, ayuda al hombre a través de su semántica a ser mejor persona, a la superación constante por y para los demás, supone una esperanza real de transformación de la sociedad y libertad de pensamiento, es una herramienta fundamental de integración social para avanzar en materia de derechos humanos y erradicar la pobreza. En las sociedades másvulnerables la música crea lazos de afectividad, favorece la desaparición de las desigualdades de género, crea esperanza de cohesión social bien entendida, ilusión y futuro, en definitiva sensibiliza a una sociedad cambiando sus actitudes de compromiso hacia la creación y por ende es el lenguaje universal de los sentimientos.En esta comunicación tras exponer los beneficios que aporta la música a la sociedad en general y al ser humano en particular, nos centramos en una práctica de aula que como maestras de infantil, llevamos a cabo en un Centro Público de Infantil y Primaria de la Comunidad Valenciana.La experiencia ha sido un verdadero trabajo en equipo, en el que nos involucramos todos, tanto maestras como niños/as y que poco a poco, a la vez que adquiría forma, nos iba emocionando.Hemos conseguido que a través de la música se unan otras disciplinas como la educación física dando al proyecto un carácter interdisciplinar.La música aúna a las personas confiriéndoles un lenguaje universal que nos comunica a unos con otros jugando con un código afín a todos, la emoción. En conclusión, la música puede ser un instrumento para la educación y para la construcción de la paz. Nos permite educarnos en la creatividad, en la no-violencia y en la empatía, actuando a la vez en diferentes niveles de nuestra existencia, tanto a nivel personal al ser un medio de crecimiento y desarrollo-, como también social –al convertirse en un instrumento de concienciación, denuncia y propuesta. Con la música podemos aprender a conocer nuevas realidades, a participar y cooperar, a razonar o analizar el mundo en qué vivimos, reflexionando de manera crítica e intentando transformar creativamente la realidad que nos rodea.
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