Sevilla, España
La idea de excelencia es consustancial a la enseñanza superior universitaria. A pesar de la diversidad bajo la que se manifiesta, la excelencia está presente en las agendas de las universidades. Los propios cuestionamientos de la capacidad de las universidades para responder al reto de proporcionar una formación avanzada a millones de estudiantes en todo el mundo o para aportar valor añadido a la sociedad y la exigencia de que desarrollen sistemas internos de garantía de la calidad y se sometan a evaluaciones externas, no son sino evidencias de la que la excelencia debería formar parte del ADN de la enseñanza superior universitaria. El concepto de excelencia en la enseñanza es un constructo multidimensional que puede definirse en términos de proceso, producto y meta. En términos de proceso, la excelencia puede definirse a partir de elementos instruccionales vinculados a los métodos de enseñanza, a la evaluación y retroalimentación, a los recursos que hacen excelentes las experiencias de aprendizaje de los estudiantes o la integración de la enseñanza y la investigación. Pero, en la definición del concepto excelencia también intervienen otros elementos menos tangibles como el compromiso académico de estudiantes y profesores o el compromiso de los programas y cursos con la libertad académica y la igualdad. En términos de producto, la excelencia se define a través de indicadores de rendimiento, de satisfacción de los grupos de interés o de responsabilidad social. Pero, en todos los casos, la excelencia es la meta a partir de la que las instituciones universitarias realizan sus planes de futuro y su propia definición de enseñanza.
The idea of excellence is integral to the Higher Education. Despite the diversity under which it manifests, excellence is present on the agendas of universities. Own challenges to the ability of universities to meet the challenge of providing advanced training to millions of students around the world or to add value to society and the need to develop internal systems for quality assurance and subject external evaluations are but evidence of that excellence should form the DNA of Higher Education Institutions. The concept of excellence in education is a multidimensional construct that can be defined in terms of process, product and target. In terms of process, excellence can be defined from instructional elements linked to teaching methods, evaluation and feedback, resources that make excellent learning experiences of students or the integration of teaching and research. But in the definition of excellence also involved other less tangible elements such as academic engagement of students and teachers or commitment of programs and courses to academic freedom and equality. In terms of product, excellence is defined by performance indicators, satisfaction of stakeholders or social responsibility. But in all cases, excellence is the goal in which Higher Education Institutions set their plans for the future and part of its own definition of teaching.
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