A la vista y al oído del material presentado en el Festival, parece que estamos en el apogeo de la década de los cuarenta, de los cuarentones, mejor dicho. Los símbolos, totems y tabúes de una generación que consiguió el carnet de identidad con la represión y el rock, se manifiestan ahora con la seguridad y autosuficiencia características del poder que tienen en la cultura de masas.
Directores creativos y de marketing, músicos y realizadores, rondan la cuarentena. Se nota demasiado que lo llevan mal, que no se enteran de nada porque ya no curiosean; no viven ahora los 90; reviven los 60.
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