Torsos pletóricos, abdominales de acero, brazos como piernas, piernas como cuerpos, cuerpos como dos...La imagen del hombre como objeto adquiere proporciones helénicas en la publicidad. Si a esto añadimos la relajación de los tabúes, la permisividad cada vez mayor hacia la desnudez, tenemos un panorama en el que los valores de proporciones normales empiezan a sentirse como el "antes" de los viejos anucios de los cursos de culturismo de Charles Altlas.
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