Granada, España
El objetivo principal de este trabajo es demostrar que la situación del sector de la producción cinematográfica en España responde a cuestiones estructurales que dan cuenta de su raquitismo industrial, incluso cuando el aumento en el número de producciones en los últimos años parece indicar lo contrario. Aplicamos una metodología cuantitativa, partiendo de los datos objetivos ofrecidos por los anuarios del cine español publicados por el ICAA, con la que pretendemos justificar nuestra hipótesis de partida de que, en las dos últimas décadas, este mal endémico del cine español pervive. En estos boletines informativos, que radiografían el cine español, encontramos datos que evidencian el aumento de la producción de largometrajes, incluso en épocas de crisis económica. Estos mismos datos dejan patente que el coste medio de los largometrajes españoles ha ido subiendo gradualmente año tras año. Sin embargo, los datos evidenciarían la debilidad industrial del cine español actual: menos de una cuarta parte de los largometrajes producidos cuenta con un presupuesto mayor al millón de euros, siendo incluso este porcentaje mucho menor en alguno de los años analizados. Podríamos así afirmar que en las últimas décadas se producen más películas que nunca, pero se trata de un cine más barato, de bajo coste o incluso mal pagado. A pesar del indudable aumento en el número de producciones, demostramos cómo éstas se han producido con una financiación cada vez más escasa. En el análisis ponemos el énfasis en los datos de coste y financiación de los largometrajes producidos durante el siglo XXI, para destacar que el bajo presupuesto (low-cost) y la producción colaborativa (crowdsourcing) pueden explicar el aumento del número de producciones, alejándose así de una supuesta industrialización del sector.
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