La primera novela de Miguel Ángel Hernández (Murcia, 1977), Intento de escapada (2013), escrita en un contexto de intensificación de los movimientos migratorios, aborda esta realidad de manera original para interrogar la (in) visibilidad de los migrantes en la sociedad española actual. Para ello, denuncia ciertas prácticas artísticas oportunistas, éticamente discutibles cuando utilizan a los migrantes, y reflexiona sobre las «estéticas migratorias». El artículo propone un análisis de la novela a partir de la contradicción entre la teoría defendida y la praxis para mostrar cómo invita al lector a interrogarse sobre su propia actitud, a ver lo invisible, a prestar atención a las voces silenciadas
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