Ha sido reseñado en:
Cuando Mannheim diagnosticó las situaciones por las que atravesaba la modernidad, describió el estado de las experiencias personales, sumidas en un mar de cambios incesantes , con las siguientes afirmaciones: "La orientación, en las sociedades con "status" fijo, es fácil; todo el mundo sabe a lo que puede aspirar y lo que puede esperar. Por el contrario, la vida moderna ya no ofrece expectativas seguras, sino solo un infinito desafío. En épocas anteriores, solo el pobre tenía sueños infinitos, ya que no podía esperar recompensas finitas. En este sentido, todos nos hemos convertido en pobres. La inseguridad como destino general, ya no limitada a las capas sociales sumergidas en la sociedad, es una de las características de la época moderna. Las minorías anticuadas pueden deplorarlo. Estar expuesto a la inseguridad es una experiencia trágica. Pero al mismo tiempo, nos abre un camino hacia un progreso moral y cultural". ¿Qué está ocurriendo? ¿Bajo qué condiciones nos movemos y se desenvuelven nuestras vidas? ¿Se está construyendo un nuevo orden social y político? ¿Cuáles son las tendencias y los escenarios en los que vamos a vivir, enseñar, aprender y trabajar? Estas preguntas, con toda seguridad, no tienen una respuesta simple y única. Quizá nos devuelvan a otros interrogantes. Sin embargo, es imprescindible formularlas y ofrecer algunas soluciones con el fin de que la vida se nos haga relativamente visible, comprobable, y no se nos desintegre en un mundo de tendencias contrapuestas e indescifrables.
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