Es fundamental una alimentación adecuada para todos, pero especialmente para los adolescentes por los cambios morfológicos, fisiológicos y psíquicos y la elevación de las necesidades calóricas, proteicas y de algunos micronutrientes, que deben garantizar el ritmo de crecimiento. Los adolescentes están incluidos en los grupos vulnerables de población, siendo susceptibles de desarrollar hábitos desordenados de alimentación, que pueden manifestarse en los llamados trastornos de la conducta alimentaria.
Por todo ello, es de gran interés conocer su realidad nutricional, detectando y analizando las posibles deficiencias, para introducir medidas correctoras que permitan mejorar la salud.
Se ha realizado la evaluación del estado nutricional por la determinación de la ingesta de nutrientes, mediante el diario dietético expresado en medidas de peso, y la determinación de la estructura y composición corporal, mediante el estudio antropométrico, en una muestra de 60 jóvenes de ambos sexos en edades comprendidas entre los 16 y 18 años. El registro se ha realizado sobre la ingesta de 84 días distribuidos uniformemente a lo largo de un año.
Los datos obtenidos reflejan las habituales diferencias en la composición corporal por sexo. Podemos decir que el colectivo estudiado se encuentra, desde el punto de vista antropométrico, dentro de los valores normales (el 75% de los chicos y el 65,9% de las chicas están incluídos dentro del grupo de normopeso), no encontrándose situaciones especialmente graves (el 6,3% de los chicos y el 4,5% de las chicas presentan una desnutrición leve).
Hay que resaltar la falta de diversidad de los alimentos consumidos.
Destaca la baja ingesta de los grupos de verduras y hortalizas (inferior al 25% de las recomendaciones), frutas (inferior al 50% de las recomendaciones) y legumbres (inferior al 60%).
El estado nutricional se caracteriza por un aporte calórico bajo, presentar ingestas elevadas.
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