El tema tratado en la tesis es novedoso. La explicación reside en que los programas formativos que componen el Plan de Formación e Inserción Profesional (FIP), habitualmente se ofrecen en modalidad presencial, y por lo tanto el curso Formador Ocupacional, que es una de las acciones formativas que se programan dentro de la Familia Profesional "Docencia e Investigación", también. Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) han aportado cambios a los modelos de formación tradicionales, dotándoles de herramientas que han favorecido la autonomía del alumno y diversificado el rol del formador, al mismo tiempo, han acortado y eliminado las distancias y las barreras geográficas, por lo que la formación ha llegado a individuos que habitan en zonas rurales o lejanas a las ciudades donde se suelen impartir las acciones formativas. Sin embargo, las TIC están introduciéndose lentamente en los programas de formación para el empleo; una de las dificultades más importantes es que no todas las familias profesionales son teleformables. Otras, a considerar, las encontramos que no todos los alumnos han adquirido conocimientos informáticos y de internet básico ni suelen disponer de equipos informáticos para poder seguir los programas formativos: que no todos los centros de formación están acondicionados tecnológicamente, que la disponibilidad de espacios públicos para el uso de internet no es suficiente: los programas didácticos no se han revisado desde hace tiempo, y no se adaptan a las demandas que la sociedad exige en cuanto a competencias a desarrollar en el puesto de trabajo (p.e., la formación del formador ocupacional en el siglo XXI, no se ajusta totalmente a las necesidades que se plantean en el referente profesional). No podemos introducir recursos tecnológicos en los programas formativos del plan FIP, si los formadores ocupacionales desconocen su utilidad.
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