El presente trabajo de investigación representa un esfuerzo por ampliar los conocimientos existentes en el campo de la psicología cognitivo-evolutiva en relación a las influencias del contexto socioeconómico familiar sobre el desarrollo de las funciones de autorregulación de niños y adolescentes y su posterior reflejo en el rendimiento escolar en las etapas de educación primaria y secundaria.
Las diferentes investigaciones que han explorado el desarrollo de las funciones cognitivas de autorregulación (integradas conceptualmente en este proyecto como control ejecutivo) han encontrado que su maduración funcional continúa hasta finales de la adolescencia (p.ej., Boelema et al., 2014; Huizinga, Dolan, & van der Molen, 2006; Lambek & Shevlin, 2011). Estas funciones ejecutivas tradicionalmente se han evaluado en contextos emocionalmente neutros. Sin embargo, existe una nueva corriente que aboga por su estudio en presencia de estímulos reforzantes, acercándolas más a lo que sucede en situaciones naturales. La inclusión de componentes emocionales a la conceptualización de las funciones ejecutivas ha propiciado la consideración de la dimensión fría/cálida en el de estudio la autorregulación. De este modo, las funciones de control ejecutivo, en su dimensión fría, se relacionarían con situaciones neutras emocionalmente en las que no habría consecuencias directas asociadas al rendimiento. Mientras que la dimensión cálida se relacionaría con la expresión de estas funciones cuando concurren aspectos afectivos y motivacionales, que pueden ser generados experimentalmente con la inclusión de reforzadores en las tareas ejecutivas (Allan & Lonigan, 2011; Zelazo & Müller, 2011). Aunque diversos estudios encuentran más plausible la existencia de un único factor para explicar el rendimiento en tareas ejecutivas frías y cálidas en edad preescolar, existen evidencias a favor de la estructura de dos factores en edades más avanzadas (p.ej., Brock, Rimm-Kaufman, Nathanson, & Grimm, 2009; Hongwanishkul, Happaney, Lee, & Zelazo, 2005; Li-Grining, 2007; Zelazo & Müller, 2011). Esta estructura bifactorial, por tanto, podría hacerse más evidente a medida que los participantes creciesen y se enfrentasen a contextos escolares y sociales más exigentes y complejos como los que suponen la educación primaria y secundaria, lo cual estaría en consonancia con el aparente desarrollo tardío de las funciones de autorregulación cálidas en comparación con las frías (p.ej, Hooper, Luciana, Conklin, & Yarger, 2004; Prencipe et al., 2011).
Por otra parte, hoy en día contamos con multitud de evidencias que sostienen la influencia que el contexto socioeconómico familiar tiene sobre el desarrollo de las funciones cognitivas en general y de autorregulación en particular (p.ej., Boelema et al., 2014; Farah et al., 2006, 2008; Lipina et al., 2013; Mezzacappa, 2004; Musso, 2010; Noble, McCandliss, & Farah, 2007; Noble, Norman, & Farah, 2005; Raver, McCoy, Lowenstein, & Pess, 2013). Sin embargo, estas influencias apenas han sido abordadas considerando la dimensión fría-cálida del control ejecutivo. Los precedentes que existen al respecto generalmente solo han evaluado la dimensión cálida en preescolares a través de tareas de demora de reforzamiento (p.ej., Lengua et al., 2014; Li-Grining, 2007; Noble et al., 2005; Sulik et al., 2010), quedando insuficientemente explorado el impacto del estatus socioeconómico (ESE) sobre el desarrollo de las funciones de control ejecutivo frío/cálido durante la etapa final de la infancia y la adolescencia utilizando diversas medidas cálidas.
Finalmente, diversos estudios también han demostrado la influencia significativa del contexto socioeconómico familiar sobre el rendimiento escolar (p.ej., Buckingham, Wheldall, & Beaman-Wheldall, 2013; Jordan & Levine, 2009; Noble, Farah, & McCandliss, 2006; Noble, Wolmetz, Ochs, Farah, & McCandliss, 2006; Sirin, 2005; White, 1982). Esta relación parece estar mediada tanto por las prácticas de crianza y la estimulación ambiental (p.ej., Farah et al., 2008; Korat, Arafat, Aram, & Klein, 2013; Mistry, Benner, Biesanz, Clark, & Howes, 2010; Spera, 2005), como por las habilidades ejecutivas y de autorregulación (p.ej., Dilworth-Bart, 2012; Evans & Rosenbaum, 2008; Fitzpatrick, McKinnon, Blair, & Willoughby, 2014; Nesbitt, Baker-Ward, & Willoughby, 2013; Sektnan, McClelland, Acock, & Morrison, 2010). A su vez, estos mediadores han demostrado ser fundamentales para la adquisición de las competencias académicas y el ajuste socioemocional necesarios para un óptimo desarrollo escolar (p.ej., Eisenberg, Valiente, & Eggum, 2010; Rueda, Checa, & Rothbart, 2010). No obstante, los diferentes estudios que han abordado estas relaciones se han centrado solo en algunas de ellas utilizando diferentes enfoques metodológicos, sin existir aún estudio alguno que haya analizado la interacción de todos los factores involucrados en la ecuación que integra ESE familiar y prácticas de crianza, desarrollo del control ejecutivo frío/cálido, ajuste conductual y rendimiento escolar en su conjunto.
Por todo ello, en el presente trabajo se han planteado los siguientes objetivos e hipótesis de investigación:
1. Analizar la influencia del estatus socioeconómico familiar sobre el desarrollo del control ejecutivo frío y cálido en edad escolar. 2. Analizar la contribución relativa de variables familiares, cognitivas y conductuales al rendimiento escolar de acuerdo con el modelo teórico propuesto más arriba.
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