Conscientes de la importancia de la labor docente y de la incorporación de estrategias que hagan viable el desarrollo de una enseñanza de corte alternativo, reconocemos la Investigación Escolar como la oportunidad para generar cambios trascendentales en el aula. En este orden de ideas, a través de esta investigación desarrollamos dos estudios que en su orden correspondieron a la caracterización de los principales obstáculos que encuentran los estudiantes de maestro acerca de la IE y la identificación de los obstáculos que han de afrontar los estudiantes de Maestro acerca de la relación entre la teoría y la práctica, en la enseñanza y en el aprendizaje. Cada uno requirió el planteamiento de una metodología específica para lo cual se incluyó la utilización de instrumentos como el cuestionario MDP2, la entrevista semiestructurada y el Inventario General de Obstáculos. El primer estudio se realizó con 91 estudiantes (84 mujeres y 7 hombres) de segundo curso del programa académico de Maestro con especialidad en Educación Infantil (2EI1), y 58 estudiantes (45 mujeres y 13 hombres) de segundo curso de Maestro con especialidad en Educación Primaria (2EP1), durante el curso 2007-2008. Los resultados arrojan en primera instancia la necesidad de establecer para nuestro caso, una escala de valoración que estableciera el nivel de presencia de obstáculos en función del acercamiento a la respuesta experta. Para ello se ubica el nivel 0 (Nivel acorde con la respuesta experta que NO tendría la adjudicación de obstáculos), 1-2 (Nivel con cierto grado de desfase frente a la respuesta experta. Manifestación moderadamente acentuada del obstáculo) y nivel 3-4 (Nivel alejado de la respuesta experta. Manifestación altamente acentuada del obstáculo).
Para el primer estudio y teniendo en cuenta el nivel 3-4, que para nuestro caso implica la categoría de mayor importancia de reconocimiento de obstáculos, se reconocen aquellos de tipo Didáctico y Profesional que se encaminan a ventilar, de algún modo, la insuficiencia en el manejo del conocimiento profesional del futuro maestro; lo mismo que la imposibilidad de reconocer los problemas que se generan en el quehacer docente, a fin de evitar culpar a otras instancias, frente a las problemáticas presentadas. De igual forma, fue posible detectar mayormente obstáculos encaminados a dilucidar deficiencias a la hora de diseñar actividades. Ello compete lo relativo a la selección de tareas, materiales y recursos, así como a la baja motivación profesional que indispone al docente, ante la necesidad imperiosa de gestar cambios de especial importancia en su praxis profesional.
En el segundo estudio logramos evidenciar que uno de los aspectos que con mayor preponderancia se manifiesta, es la total desconexión entre la formación que reciben los futuros maestros y los contextos educativos reales, a los que suele enfrentarse y comúnmente estrellarse. En la medida en que esta situación se mantenga, no podemos esperar que el futuro maestro llegue a considerar su quehacer profesional como la oportunidad de integración de una praxis profesional que le ayuda a desenvolverse y a direccionar los procesos de aprendizaje de sus alumnos.
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