Durante los últimos veinte años, el papel del turismo en la economía de la República Dominicana es de importancia sobresaliente tanto por su contribución a los ingresos del país como por la generación de empleo y su contribución al desarrollo de otros sectores (construcción, transporte y comercio) al tiempo que ha estimulado la mejora de las infraestructuras. El crecimiento turístico, sin embargo, ha tenido impactos negativos tales como la construcción ilegal en la línea de costa, la invasión del entorno natural y una pobre planificación territorial que ha dejado de lado las comunidades locales y la cultura. El modelo “todo incluido” lleva aparejado la obstaculización del contacto del turista con la comunidad local lo que contribuye a excluir a la población local de la actividad turística y, en último extremo, limita los gastos de los turistas en el país y, consecuentemente, su contribución al crecimiento global de la economía del país. Una buena estrategia para reducir la pobreza en la República Dominicana puede ser concentrase en un modelo turísico alternativo al de de “sol y playa todo incluido”: el turismo basado en la comunidad (Community-Based Tourism – CBT) en el que la comunidad local se implica en el desarrollo del turismo y se beneficia de la riqueza generada por el turismo.
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